Por: Stefano Gennarini
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 16.09.2022).- El zar de la ONU para la ideología homosexual y transgénero atacó al Tribunal Supremo de Estados Unidos y a los estadounidenses pro-vida y pro-familia en su último informe sobre derechos humanos.
El informe condena la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de anular el caso Roe contra Wade como una «acción devastadora para los derechos humanos de las mujeres lesbianas y bisexuales, así como de los hombres trans y otras personas de género diverso con facultades gestacionales».
El informe relaciona la industria del aborto y el costoso complejo sanitario que sostiene los estilos de vida homosexual y transgénero. A menudo son las mismas clínicas las que proporcionan abortos, protocolos hormonales para transexuales, e inseminación artificial y gestación subrogada para que las parejas homosexuales contraten hijos, según el informe.
El informe denuncia que las restricciones al aborto han cerrado «clínicas que son fuentes fundamentales de atención a la salud sexual y reproductiva para las personas LGBT: servicios de anticoncepción y aborto, servicios de bienestar, exámenes, pruebas y tratamiento de ITS (infecciones de transmisión sexual), terapia de sustitución hormonal y servicios de inseminación».
El informe también denuncia una «verdadera plaga de proyectos de ley anti-LGBT que recorren la nación».
«Estoy profundamente preocupado por un conjunto generalizado de acciones a nivel estatal dirigidas a la regresión de los derechos humanos de las personas LGBT mediante acciones legislativas, ejecutivas y judiciales», afirma Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente de la ONU sobre violencia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género.
Madrigal-Borloz se refirió específicamente a las políticas pro-familia en Florida, Texas y Alabama. Entre ellas se encuentran las leyes y políticas para proteger a los niños de la propaganda homosexual y transgénero en las escuelas, las leyes que prohíben los protocolos hormonales transgénero y las operaciones de cambio de sexo para los niños, y las políticas que prohíben que los niños compitan como niñas en los deportes femeninos.
El informe se deshace en elogios hacia la administración Biden por luchar contra estos esfuerzos a nivel estatal y por su trabajo para promover los temas homosexuales y transgénero a través de un «enfoque interseccional que incluye la orientación sexual y la identidad de género».
La administración Biden ha desafiado las leyes y políticas estatales en los tribunales federales y ha amenazado con retener la financiación federal de las comidas a 22 estados que no permiten los temas homosexuales y transgénero en los programas de comidas.
«La administración Biden-Harris ha adoptado medidas contundentes y significativas que se ajustan al derecho internacional de los derechos humanos», dice el informe.
El profesor de derecho de Harvard dijo que los esfuerzos de la administración Biden para promover la homosexualidad y la ideología transgénero mostraban una «combinación de valores, conocimientos y fortaleza que puede impulsar el cambio social».
El informe califica a Estados Unidos de «democracia vibrante» y «tierra de oportunidades únicas», pero critica a Estados Unidos por «los profundos surcos labrados por el colonialismo y la esclavitud, así como -hasta hace relativamente poco- la criminalización de la intimidad entre personas del mismo sexo y la patologización de las personas LGBT».
El informe también ataca las protecciones de conciencia y las exenciones religiosas. Madrigal-Borloz dijo que una reunión con líderes religiosos le llevó a la conclusión de que las exenciones religiosas son un «mal uso de las narrativas religiosas».
Madrigal-Borloz publicó el informe tras una visita a Estados Unidos este verano. Es el primero de varios expertos de la ONU invitados por la administración Biden para evaluar el historial de derechos humanos de Estados Unidos.
«Considero un honor que mi visita se realice en el marco de esta reintegración a la arquitectura internacional de los derechos humanos», dijo Madrigal-Borloz.
