Sor Marcella Catozza da su testimonio sobre situación en Haití. Foto: ACN

Prendieron fuego a su capilla, mataron a su amiga monja: el testimonio de una religiosa que quiere regresar a Haití

El 25 de junio de 2022 fue asesinada la hermana Luisa dell’Orto, una monja italiana que llevaba 20 años en Haití. «Ella era más que una amiga para mí. Cuando escuché la noticia caí de rodillas por el dolor de la terrible pérdida», recuerda.

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(ZENIT Noticias / Puerto Príncipe, 13.10.2022).- El pequeño país de las Antillas vive una situación sin precedentes. Con el cargo de presidente vacante desde el asesinato de Jovenel Moïse en julio de 2021, y sin fecha definida para las nuevas elecciones, la pugna por el gobierno de la nación y la falta de liderazgo han desatado protestas, caos y extrema violencia en las carreteras de un país ya asolado por la pobreza y los desastres naturales.

«Es una pelea terrible. La ciudad está en manos de las pandillas. La gente se muere de hambre. Las escuelas están cerradas. No hay trabajos. Los hospitales están cerrando porque no tienen combustible para los generadores de energía. Es imposible vivir en estas condiciones», así describe sor Marcella Catozza, de la Fraternidad Misionera Franciscana , la dramática situación en una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACS). Para la monja, que llegó a Haití en 2006, lo más doloroso es la indiferencia del mundo: «Lo peor es que nadie habla de ti. Nadie sabe lo que está pasando. No les interesa lo que estamos sufriendo en este país. La Iglesia también está bajo ataque», añade.

El 25 de junio de 2022 fue asesinada la hermana Luisa dell’Orto, una monja italiana que llevaba 20 años en Haití. «Ella era más que una amiga para mí. Cuando escuché la noticia caí de rodillas por el dolor de la terrible pérdida», recuerda.

Dos semanas después, la catedral de la capital haitiana fue atacada. «Prendieron fuego a la catedral y trataron de matar a los bomberos que venían a apagar las llamas. Luego con un camión intentaron destrozar los muros». Pero los ataques y asaltos a edificios y organizaciones religiosas ocurrieron no solo en la capital, Puerto Príncipe, sino también en otras partes del país. «En Port-de-Paix o Les Cayes, y en otras ciudades, atacaron los edificios de Caritas, llevándose todo allí, todos los bienes y servicios humanitarios. Destruyeron las ‘oficinas’ de los empleados.

La hermana Marcella está en Italia desde agosto, donde estaba de visita en el momento de los ataques. Ahora el recrudecimiento de los ataques le impide regresar a Haití y eso la llena de dolor: «Me pidieron que no volviera, era mejor esperar un poco, entre otras cosas porque ya pasaron dos meses desde que mataron a la hermana. No quieren otra hermana mártir en este país, así que me hicieron esperar. Es muy difícil para un misionero quedarse fuera de su país, pero estoy seguro de que el Señor me lo pide».

Según la monja, la situación es indescriptible, cada día es peor y también ha afectado a su misión, un orfanato en uno de los barrios más peligrosos del mundo. «Hace como un mes prendieron fuego a nuestra capilla de la misión. Todo está quemado. No tenemos altar, no tenemos bancas… no queda nada. El Santísimo Sacramento está seguro, cuando salgo lo guardo en un lugar más seguro y doy gracias a Dios que está allí». Sor Marcella es la única religiosa de la misión. El barrio se construyó hace 20 años sobre el vertedero de la capital y hoy viven allí más de 100.000 personas hacinadas en chozas de chapa, sin agua ni luz.

«Hace un año que no puedo ir a misa por la mañana porque las pandillas cierran el barrio y no puedo ir a la iglesia. Es un dolor, un dolor enorme. Parece que a nadie en el mundo le interesa lo que está pasando en Haití. Por supuesto, hay muchos otros problemas en el mundo, especialmente en Europa. Lo que está pasando en Ucrania y Rusia es visto con mucho temor, pero no hay que olvidar a otros pueblos del mundo –como el de Haití– que viven una situación de guerra, no desde hace unos años, sino desde mucho más tiempo atrás. Por favor oren por Haití. Pidamos al Señor que proteja a todos los haitianos y que dé paz a este pueblo. Pido oraciones por mis niños. Tengo 150 años. El menor tiene dos meses, el mayor 18 años. Tal como está Haití hoy, no hay futuro para estos niños. Oremos y pidamos a Dios que se haga realidad el bien que les tiene preparado y que se cumplan los anhelos que estos niños llevan en el corazón», concluye el misionero italiano.

Durante 2021 ACS en Haití apoyó 77 proyectos. La Fundación seguirá informando sobre la dramática situación del país a través del testimonio de los socios del proyecto, aunque el contexto de extrema violencia sugiere a muchos, por razones de seguridad, no hacer declaraciones públicas.

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Redacción Zenit

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