(ZENIT Noticias – Asia News / Shanxi, 01.03.2023).- La policía de Datong (Shanxi) comenzó a demoler la casa de la diócesis local donde se alojan los sacerdotes y que se usa como convento de religiosas, el pasado martes 22 de febrero. AsiaNews lo supo por fuentes locales que hicieron circular en internet videos de lo sucedido.
El templo y la casa tienen 100 años y cuentan con todos los permisos. Sin embargo, están situados en una zona de alto valor urbanístico. Hasta el momento el primero se encuentra a salvo porque es enorme y su demolición llamaría demasiado la atención, incluso a nivel internacional. La otra construcción fue destruida con mazas y picos.
Los fieles de Datong envían mensajes en WeChat pidiendo oraciones para detener el comportamiento irrazonable del alcalde. Desde 2005 la diócesis no tiene obispo aunque es una de las comunidades «oficiales», reconocidas por el Partido Comunista Chino. El último pastor católico fue Mons. Taddeo Guo Yingong, quien comenzó su ministerio en 1990 y falleció en 2005. Había pasado más de 10 años en trabajos forzados durante la Revolución Cultural.
En noviembre de 2018 un grupo de fieles de la diócesis difundió una carta abierta y firmada, en la que denunciaban la creciente opresión del gobierno contra la comunidad cristiana tras la implementación de la Nueva Normativa sobre Actividades Religiosas.
El Acuerdo Sino-Vaticano sobre el nombramiento de obispos que se firmó en 2018, y la doble renovación en octubre de 2020 y 2022, no han detenido la represión del gobierno contra los católicos chinos, especialmente los no oficiales (clandestinos).
La Diócesis de Datong no es la única donde se han destruido lugares sagrados o bienes de la Iglesia católica. Desde hace años el gobierno lleva adelante una campaña para eliminar cruces demasiado a la vista, decoraciones, pinturas y estatuas que se consideran «demasiado occidentales». El propósito sería afirmar la «sinización» y un cristianismo según las características chinas», sometido a la autoridad del Partido.
El Acuerdo tampoco parece estar funcionando desde el punto de vista de los nombramientos. En noviembre, la Santa Sede denunció la violación del acuerdo por parte de las autoridades chinas con el nombramiento de Mons. John Peng Weizhao como obispo auxiliar de la diócesis de Jiangxi. A pesar de las muchas sedes vacantes, desde el 8 de septiembre de 2021 no se ha llevado a cabo la investidura de ningún obispo en China.