Diferencias entre hombre y mujer. Foto: Archivo

Luz y ceguera en la ideología de género a partir de bases científicas, no de percepciones

Frans de Waal es un especialista de alto nivel sobre el comportamiento de primates que ha publicado en “Diferentes. Lo que los primates nos enseñan sobre el género”, Busquets, 2022. (“Different: Gender Through the Eyes of a Primatologist”, en inglés). El libro analiza la conducta de los primates, grupo al que pertenecemos los humanos, para entender mejor la ideología de género hoy extendida.

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Por: Rafael Manuel Tovar

 

(ZENIT Noticias / Roma, 11.03.2023).- Sabemos que hay un 2 % de homosexuales en la sociedad. Es menor el porcentaje de transexuales. Son datos que también se dan en otros mamíferos. La causa puede ser natural, como la presencia de algún órgano o alto porcentaje de hormonas propias del género masculino en individuos con miembros femeninos y viceversa.

Las culturas han sido respetuosas o desconsideradas con las personas que tienen estas diferencias, atacándolas e incriminándolas, o coexistiendo con ellas. No es raro que conozcamos familiares con inclinación sexual particular. La tendencia hoy es respetarles. También en la Iglesia. Algunos grupos les otorgan más relevancia legal y social. No faltan extremistas adversos. Hallar el equilibrio entre ambas posiciones es necesario. Y difícil.

El libro Frans de Waal, Diferentes. Lo que los primates nos enseñan sobre el género, especialista de alto nivel sobre el comportamiento de los primates, estudia las diferencias de género y las compara con los humanos, ya que formamos parte del mismo grupo de mamíferos. Permite así hablar de homosexualidad, transexualidad y aspectos cercanos con datos científicos, superando las simples suposiciones.

La ideología de género establece que el género en los humanos es una construcción social y cultural, es decir, que nuestro comportamiento como varones o mujeres no viene de haber nacido con una estructura y unos miembros físicos, sino según nos educaron y en qué ambiente crecimos. Por tanto, la ideología de género señala que la distinción entre mujeres y varones no tiene bases irremediablemente naturales. La opinión contraria insiste en que la diferencia viene de la naturaleza.

Frans de Waal expone múltiples observaciones para aprender de nuestros parientes evolutivos sobre esta polémica y muestra que las diferencias en los géneros humanos tienen base biológica, diferencias en los géneros que pueden ser universales, para varones y hembras: los primates poseen estas diferencias por bases biológicas.

Recuerda que humanos y primates no son iguales, pero comparten los mismos rangos de procesos sexuales: una discusión sobre la sexualidad sin referencia a la biología es solo palabrería.

Hay grupos con notoria militancia internacional en los asuntos de la perspectiva de género, motivados por la construcción de una sociedad más igualitaria en sexualidad y género. Frans de Waal, nacido en 1948, en Hertogenbosch, Holanda, recuerda que hablar de conducta homosexual como elección no es defendido por ningún científico. Uno nace con una estructura física heredada y retocada por la evolución: no lo escogemos. Igual sucede con la transexualidad. Un estudio reciente en Estados Unidos encuentra sólo 2,5 % de niños transgéneros que cambian de opinión con el tiempo. Además, hay diferencias en los cerebros de varones y mujeres. Insistir en una elección cultural del género se cierra a la realidad biológica.

Eliminar diferencias entre hombre y mujer ignora las diferencias biológicas básicas. Defender el género según siente el individuo, según se identifica con un género en particular, niega diferencias universales en la conducta. Un ejemplo es la violencia física, más habitual entre los machos que entre las hembras. Y tanto en primates como en humanos: se observa inmediatamente. Igual pasa con los cuidados, el cariño, la empatía, el desempeño con las crías, más desarrollados claramente en las hembras. Se comprueba que los niños humanos y los primates prefieren los coches y las niñas las muñecas, los peluches. No interesa a los machos chimpancés el mundo de las muñecas, salvo para destrozarlas. Las hembras en estado salvaje crean sus muñecas con troncos o piedras, las abrazan, las disfrutan: es manifiesto el instinto maternal.

La identidad de género es la autopercepción que se tiene en el plano sexual. La ideología de género dice que cada quien se la asigna a sí mismo, por dentro o por fuera. Frans de Waal explica cómo los varones se identifican más con los chimpancés, donde dominan los machos. Y los antropólogos masculinos suelen ver irrelevantes a los bonobos, que son matriarcados. Las antropólogas gustan más los bonobos, por el dominio de las hembras y su conducta pacífica: estas observaciones desembocan nuevamente en la inclinación más femenina o masculina del género con que se ha nacido.

También es propio de los chimpancés y de los hombres el vínculo masculino, la cooperación entre machos. Y resulta propio de los bonobos el vínculo femenino, la cooperación entre hembras. Igual en las mujeres. El movimiento MeToo surgió como grupo de solidaridad femenina contra los hombres agresivos: estilo manifiesto de los bonobos.

La biología y la conducta social de primates y humanos refuerzan la identidad de cada sexo moldeado por características biológicas. Negarlo es aferrarse a una idea sin base científica.

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Redacción zenit

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