(ZENIT Noticias – Catholic Vote / Washington, 15.03.2023).- Un acto de vandalismo contra una iglesia católica en Connecticut durante el fin de semana marcó un hito sombrío: el ataque número 300 conocido contra una iglesia católica en Estados Unidos desde la primavera de 2020.
La policía de Ledyard, Connecticut, dice que un hombre irrumpió en la iglesia católica Nuestra Señora de Lourdes el sábado 11 de marzo por la noche y la vandalizó rompiendo ventanas y escribiendo en las paredes. Hicieron públicas imágenes de vigilancia del sospechoso e informaron de que la unidad estatal de delitos de odio está colaborando en la investigación.
CatholicVote ha estado siguiendo los ataques desde los disturbios civiles que siguieron a la muerte de George Floyd en mayo de 2020. Los disturbios iniciaron una ola de violencia y vandalismo contra las iglesias católicas que no hizo más que acelerarse después de que los disturbios amainaran.
«Esta epidemia de violencia contra las iglesias católicas ha creado un clima de miedo para los católicos de todo el país», dijo Brian Burch, presidente de CatholicVote. «Este es un estado de cosas inaceptable: ningún estadounidense debería tener que caminar preguntándose: «¿Es mi iglesia la próxima?»».
En 2020 y 2021, la mayoría de los ataques parecen haber sido motivados por la ideología anticatólica general, específicamente por la retórica de Black Lives Matter. Sin embargo, desde que se filtró el borrador de la opinión del Tribunal Supremo en el caso Dobbs, en mayo de 2022, la mayoría de los ataques han sido perpetrados por extremistas pro-aborto. 140 de los ataques han tenido lugar desde la filtración del caso Dobbs el pasado mes de mayo de 2022.
Los actos de vandalismo ahora incluyen con frecuencia mensajes amenazadores pintados con spray como «si los abortos no son seguros, tú tampoco».
Anatomía de los ataques
Los ataques han incluido actos incendiarios, algunos de los cuales obligaron a cerrar iglesias para repararlas. Tres iglesias históricas fueron quemadas hasta los cimientos.
Otra línea de ataque habitual es la destrucción de estatuas de Jesús, María y los santos, a menudo con sus cabezas cortadas. En algunos casos, han robado y profanado el tabernáculo, que contiene las hostias consagradas. Ha habido más de una docena de incidentes en los que extremistas proabortistas han interrumpido misas u obstruido la entrada a las iglesias.
El rastreador de CatholicVote no incluye simples actos de robo, como hurtos de cajas de donativos en efectivo. En los 300 ataques, el motivo parece haber sido político o espiritual.
El presidente católico no defiende a las iglesias católicas
El gobierno de Biden ha guardado un silencio casi absoluto sobre la ola de violencia. «Nuestro segundo presidente católico ha mostrado un desprecio temerario por la Iglesia en Estados Unidos», lamentó Burch. «Estos ataques continúan impunes».
CatholicVote envió una carta al Departamento de Justicia en diciembre de 2021, exigiendo que se tomaran medidas. Un funcionario de la administración Biden respondió, prometiendo una revisión de 15 días para asegurarse de que dedicaban recursos al asunto. CatholicVote nunca recibió respuesta.
No se han producido detenciones ni procesamientos federales por ninguno de los ataques, a pesar de que tales actos son ilegales en virtud de la Ley FACE, una ley federal.
CatholicVote sólo ha encontrado pruebas de detenciones por parte de las fuerzas de seguridad locales en el 25% de los casos. «La falta de detenciones y procesamientos no se debe a la falta de intentos por parte de las fuerzas del orden locales, que han respondido a las denuncias de violencia», afirma Burch. «Sencillamente, no disponen de los recursos necesarios para investigar y combatir una oleada de violencia en todo el país, y el gobierno de Biden se niega a ayudarles».
Fiscal General
CatholicVote ha estado trabajando estrechamente con el Comité Judicial de la Cámara de Representantes para utilizar su autoridad de supervisión para presionar a la administración Biden para que actúe. En la recientemente concluida audiencia del Comité, varios senadores republicanos presionaron al Fiscal General Merrick Garland acerca de la parcialidad, y muchas de las preguntas se referían explícitamente a si el anticatolicismo motivó el silencio del Departamento de Justicia sobre la violencia eclesiástica.
«El Departamento de Justicia ha anunciado cargos contra 34 personas por bloquear el acceso a las clínicas abortistas o cometer actos de vandalismo contra ellas», dijo el senador republicano Mike Lee. Pero se han denunciado más de 81 ataques contra grupos provida, señaló el senador, así como 130 ataques contra iglesias católicas desde mayo de 2022. «Y solo dos individuos han sido acusados» en relación con esos ataques a favor del aborto». «Entonces, ¿cómo explica esta disparidad?». preguntó Lee a Garland.
Garland comenzó su respuesta afirmando que la Ley de Libertad de Acceso a las Entradas de las Clínicas (FACE) «se aplica por igual» a las acciones contra las clínicas abortistas y contra las clínicas provida. No mencionó que la Ley también protege a las iglesias de los ataques.
Garland admitió que las fuerzas del orden federales han procesado a más estadounidenses provida que a radicales proabortistas. ¿Por qué? Porque los defensores de la vida no ocultan sus actividades, mientras que los criminales que han atacado a grupos provida lo han hecho al amparo de la oscuridad.
«Diré que tiene toda la razón, hay muchos más procesamientos con respecto al bloqueo de los centros abortistas, pero eso es generalmente porque… esas acciones se realizan con fotografía en el momento, durante la luz del día, y ver a la persona que lo hizo es bastante fácil», dijo Garland:
Los que atacan los centros de recursos para embarazadas, que es algo horrible, lo hacen de noche, en la oscuridad. … Estas personas que están haciendo esto son inteligentes y lo están haciendo en secreto.
Garland no reconoció en ningún momento la evidencia de una creciente ola de violencia contra las iglesias católicas.
«Lo que Garland no admite aquí es lo obvio: los ataques proaborto contra iglesias católicas y grupos provida dirigidos por católicos son criminales (y por eso actúan en secreto)», dijo el presidente de CatholicVote, Brian Burch. «Los activistas provida están allí en pleno día porque saben que lo que hacen es legal y está protegido por la Constitución de EE.UU.».
«Depende de la Administración Biden
«Los miembros del comité y su personal están muy familiarizados con el problema y están trabajando duro dentro de sus posibilidades para presionar a la administración», afirma el director de asuntos gubernamentales de CatholicVote, Tom McClusky. «Pero en última instancia depende de la administración Biden hacer algo al respecto».
Burch aprovecha la ocasión para pedir a la administración Biden que forme un grupo de trabajo federal para detener la violencia anticatólica.
«Hemos tenido grupos de trabajo sobre crímenes contra todo tipo de grupos, pero ninguno para los católicos», dijo Burch. «Las perogrulladas de la administración no son suficientes. Tienen que actuar».
En este enlace se puede ver un mapa interactivo de los 300 ataques.
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.