Matrimonio de ancianos. Foto: Archivo

Comisión de la ONU sobre la Mujer ignoró importante estudio sobre beneficios del matrimonio

El análisis, publicado en Global Epidemiology, descubrió que las mujeres casadas tenían menos riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte de las mujeres en EE.UU. Las mujeres casadas también eran más felices, más optimistas y menos propensas a sufrir depresión y soledad que las que no se casaron.

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Por: Rebecca Oas

 

(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 27.03.2023).- En las negociaciones de la ONU, incluida la recientemente concluida Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, los esfuerzos por incluir un lenguaje promatrimonio y profamilia en las resoluciones se enfrentan a una creciente oposición. Los activistas que se proclaman feministas sostienen que la familia es una estructura que perpetúa el daño a mujeres y niñas.  Sin embargo, un nuevo estudio viene a sumarse al cúmulo de pruebas de que el matrimonio es, de hecho, beneficioso para la salud y el bienestar de las mujeres.

Los investigadores hicieron un seguimiento de casi 12.000 enfermeras estadounidenses, todas solteras en un principio, durante casi 25 años. El análisis, publicado en Global Epidemiology, descubrió que las mujeres casadas tenían menos riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte de las mujeres en EE.UU. Las mujeres casadas también eran más felices, más optimistas y menos propensas a sufrir depresión y soledad que las que no se casaron.

Aunque el divorcio se asoció a peores resultados que seguir casadas, las mujeres que se casaron -incluidas las que se divorciaron posteriormente- tuvieron un riesgo de muerte un 35% menor durante el periodo del estudio que las que nunca se casaron.

Los autores del estudio, que publicaron un ensayo en el Wall Street Journal en el que resumían sus conclusiones, señalaron que, aunque su análisis se centraba exclusivamente en las mujeres, existen numerosas pruebas que indican que el matrimonio es aún más beneficioso para la salud de los hombres y se asocia a una mayor esperanza de vida.

En todo el mundo, el matrimonio está disminuyendo y la cohabitación y la procreación extramatrimonial se han hecho más comunes. Aunque existen diferencias regionales y nacionales, la tendencia general es hacia menos matrimonios y más tardíos.

Los críticos del matrimonio y la familia como instituciones, en la ONU y en otros lugares, tienen razón al señalar que el abuso y el daño pueden tener lugar dentro de la familia, y tiene efectos devastadores en sus víctimas. Sin embargo, las soluciones que proponen, que incluyen la redefinición de «familia» para abarcar prácticamente cualquier estructura doméstica o grupo de personas, o el desmantelamiento de todas las estructuras tradicionales consideradas «patriarcales», ignoran un número cada vez mayor de datos de las ciencias sociales.

Los documentos fundamentales de la ONU, incluida la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se refieren a la familia como el «elemento natural y fundamental de la sociedad», un lenguaje que se ha vuelto muy controvertido en las resoluciones negociadas, donde los gobiernos progresistas insisten en que la familia existe en diversas formas.

Las estructuras familiares son importantes, sobre todo para los niños que se crían en ellas, como ha demostrado el profesor Mark Regnerus, de la Universidad de Texas, en sus innovadores estudios con muestras de gran tamaño. Los niños crecen mejor cuando los crían sus padres biológicos, casados.

El nuevo estudio sobre el matrimonio, cuyo autor es el científico de Harvard Ying Chen y sus colegas, demuestra que los beneficios del matrimonio no se producen a expensas de las mujeres, sino que también son compartidos por ellas.

Los autores reconocen que la población de enfermeras de su estudio es relativamente estable desde el punto de vista económico y tiene un buen nivel educativo, lo que impone algunas limitaciones a su interpretación. No obstante, es digno de mención que las mujeres que viven en un país rico y disfrutan de muchos de los beneficios del «empoderamiento», tal y como lo definen los objetivos de la ONU, como la educación y el empleo, puedan mejorar aún más su salud y bienestar casándose y permaneciendo casadas.

Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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