(ZENIT Noticias / Kiev, 12.04.2023).- El Instituto para la Libertad Religiosa (IRF), independiente, presentó un informe durante la tercera cumbre internacional sobre libertad religiosa realizada en Washington. Comunicó que uno de cada tres edificios destruidos o saqueados contabilizados por el Instituto para la Libertad Religiosa pertenecen a evangélicos, quienes fueron acusados de ser espías estadounidenses.
El catálogo del IRF aporta pruebas de los crímenes de guerra rusos contra las comunidades religiosas ucranianas. La destrucción de lugares religiosos es frecuentemente intencional y en paralelo a los ataques contra sacerdotes, creyentes y pastores, expresó el director ejecutivo del IRF, Maksym Vasin.
El Servicio Estatal de Etnopolítica y Libertad de Conciencia de Ucrania publicó estadísticas detalladas sobre los templos y edificios de comunidades religiosas destruidos hasta otoño pasado: 260 son clasificados como cristianos. 30 pertenecen a iglesias y comunidades protestantes, 21 a la Iglesia ortodoxa de Ucrania en la metrópoli de Kiev, 4 a la Iglesia católica romana, 3 a la Iglesia greco-católica ucraniana (en comunión con la iglesia católica) y 66 evangélicos. En marzo y abril, los rusos saquearon y demolieron el Seminario Teológico superior del Sagrado Corazón de Jesús en Worzel.
En un acto dedicado a Ucrania exclusivamente, Vasin Igor Bandura, vicepresidente primero de la Unión Bautista, y Andriy Dudchenko, arcipreste de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y profesor de la Academia Teológica Ortodoxa de Kiev, comentaron que las organizaciones religiosas quedan bajo el control de las autoridades religiosas leales a Moscú en las zonas del territorio ucraniano controladas por Rusia.
Según informa del IRF, el ejército ruso ha atacado en forma especial a los cristianos evangélicos y destruyó, dañó o saqueó al menos 494 edificios religiosos, instituciones teológicas y lugares sagrados en Ucrania durante la invasión. Consideran a los cristianos evangélicos espías estadounidenses, sectarios y enemigos del pueblo ortodoxo ruso, según Valentyn Siniy, rector del Instituto Cristiano Tavriski con sede en Kherson.
También Siniy informó que un oficial ruso le dijo a un empleado: «Los creyentes evangélicos como ustedes deben ser completamente destruidos. Un simple tiroteo será demasiado fácil. Deberían ser enterrados vivos». El informe del IRF señala 170 lugares evangélicos dañados: 75 iglesias pentecostales, 49 iglesias bautistas, 24 iglesias adventistas del séptimo día y 22 otras iglesias evangélicas. Es un tercio del total de templos destruidos, a pesar de que los evangélicos son 5 % de la población de Ucrania.
Las fuerzas rusas han secuestrado a sacerdotes, pastores y líderes religiosos ucranianos o han intentado reclutarlos como espías y propagandistas rusos, según el informe del IRF. Ha registrado también casos de encarcelamiento ilegal, acompañados de intentos de violación, simulacros de ejecución, privación de agua y alimentos, falta de acceso a un baño, y amenazas de violencia contra sus familiares. La invasión rusa manifiesta rasgos de atentado contra la libertad religiosa y de ataque a los cristianos co