(ZENIT Noticias / Madrid, 23.04.2023).- La Iglesia española es la mayor empleadora de España, solo inferior a las administraciones públicas del Estado. El número de funcionarios en España es 2.731.117 y las diócesis, congregaciones religiosas e instituciones católicas generan 600.000 empleos directos.
No es un motor de empleo en sentido empresarial. Pero es gran mérito su labor en bien de la economía y de la promoción de las personas necesitadas de empleo. El Episcopado español considera que “no se trata de cifra exagerada, ni mucho menos”: es lo que manifiestan los datos de la Memoria de Actividades de la Iglesia que cada año presenta la Conferencia Episcopal Española.
En la misma línea de servicio a la sociedad, Cáritas Española presentó la convocatoria de 2023 en el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social, apoyado en parte en las finanzas por el Fondo Social Europeo. Su presupuesto es de diez millones de euros. El objetivo marcado por Cáritas para 2023 a través del Programa Operativo es acompañar a 5.000 personas para facilitarles su inserción laboral con 2.600 acciones de formación y 200 más en empresas de inserción.
Cáritas obtiene recursos del Fondo Social Europeo desde el año 2000 para favorecer el empleo a personas en riesgo de exclusión social. Tiene claro que el acceso al mundo laboral es la mejor ayuda para conseguir la autonomía personal y la inclusión social.
Guillermo García Díaz-Ambrona, consultor en el Área de Responsabilidad Social Empresarial, comenta que “no es exagerado decir que la Iglesia es el empleador más importante de España en el sentido mercantil, con unas métricas directas e inapelables”.
En España, hay 171 empresas con más de 5.000 empleados. ACS, gran empresa del sector de la construcción, emplea 122.502 personas. La Iglesia católica supera con mucho este número, signo de su vitalidad social.
El estudio anual publicado en 2022 por los obispos, realizado mediante una auditoría transparente, muestra que las diócesis y parroquias emplean a 64.925 personas. Su patrimonio cultural sostiene 225.000 empleos directos, indirectos e inducidos. Las fiestas religiosas generan otros 134.000.
133.770 empleados trabajan en 2.558 centros católicos de enseñanza. Y, según el Portal Oficial de Turismo de España, dos de cada tres monumentos más visitados en el país pertenecen a la Iglesia. La Alhambra de Granada es el único monumento civil con más visitantes que la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona y la Catedral Mezquita de Córdoba.
Las 15 universidades católicas de España emplean a 22.000 docentes, administrativos y personal de servicio. La Universidad Católica de Ávila, por ejemplo, tiene 800 empleados, superior a cualquier empresa de la provincia, por encima incluso de Plastic Omnium o Nissan.
Si observamos el efecto derrame para la economía por el impacto de la actividad eclesial, hay que valorar la activación de trabajo y capital que suponen las procesiones de la Semana Santa, al menos como causa indirecta del empleo. Muchas otras festividades litúrgicas y de tradición cristiana gestionadas por la Iglesia inciden directamente en el mundo laboral del país.
La participación de la Iglesia en el sector salud ocupa a 2.900 personas en los siete Hospitales Católicos de Madrid. Hay 54 centros de servicios sanitarios en Cataluña: residencias geriátricas, comedores sociales, residencias sociosanitarias, centros para disminuidos, casas de acogida de madres solas con sus hijos, centros psiquiátricos, servicios de atención domiciliaria o clínicas manejan 1.462 empleados, 88 autónomos y 207 subcontratados.
Cáritas emplea a 5.324 trabajadores, que se apoyan en 81.182 voluntarios para 5.402 centros y servicios. Faltan datos sobre otras organizaciones católicas que tienen empleados para sus tareas de servicios comunitarios, como Manos Unidas, Ayuda a la Iglesia Necesitada y otras instituciones de carácter benéfico, ligadas a congregaciones religiosas o movimientos. La acción de compromiso social y de caridad de la Iglesia católica es admirable, aunque poco divulgada por los medios de comunicación.