(ZENIT Noticias / Roma, 02.04.2023).- En el vuelo de regreso de Budapest a Roma el Papa contestó a una pregunta acerca de un proceso de paz entre Ucrania y Rusia y un eventual encuentro entre el mismo Francisco y Putin. Fue en ese contexto que afirmó: «Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer. Además, ahora hay una misión en marcha, pero aún no es pública. Vamos a ver cómo… Cuando sea pública la diré».
Esa sencilla afirmación mereció titulares de periódicos. Esos titulares interpretaron que la misión sería una misión de paz por parte del Vaticano para mediar entre Rusia y Ucrania, y así fue reflejada. Sin embargo, un día después de esa afirmación del Papa Francisco, tanto Rusia como Ucrania han negado conocer esa misión que debería involucrarles.
Interrogado por la prensa, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov declaró a la agencia TASS que no conocen ninguna misión de paz por parte del Vaticano: «No sabemos nada».
Pero no fue solo Rusia quien contradijo al Papa. También desde Ucrania han asegurado no tener conocimiento de una misión de paz por parte del Vaticano. El tono incluso fue más encendido pues desde Kiev aseguraron que si se está dando, es sin consentimiento del presidente Zelenski, según una fuente gubernamental en declaración a CNN.
Los dos países no han sido los únicos en hacer declaraciones. Dado que el Papa se reunió en Budapest, fuera de programa, con el ex número dos de la iglesia ortodoxa rusa, el Arzobispo Hilarion, éste publicó un video para desmentir algunos rumores como que le habría tratado al Papa un plan secreto.
Dijo Hilarion: «En la prensa han aparecido insinuaciones según las cuales me reuní con el Papa Francisco para darle información con el fin de llegar a algunos acuerdos secretos o con otros fines políticos. Respondo para los interesados: no hubo nada concerniente a las relaciones bilaterales entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa rusa. No se trataron cuestiones políticas. La reunión fue de carácter personal entre dos viejos amigos».
Hilarion explicó también el porqué de ese encuentro: «Muchas personas me han preguntado en las últimas horas por qué me reuní con el papa Francisco, mientras que no hubo reuniones separadas con el Representante de Constantinopla, ni con otros obispos ortodoxos. El encuentro se explica por nuestra amistad personal de más de diez años, cuando fue elegido Papa en marzo de 2013. Yo fui el enviado de la Iglesia rusa para su ceremonia de investidura. Al día siguiente hablé en privado con él durante una hora. Era el tercer Papa que conocía en mi vida: una vez Juan Pablo II y cuatro Benedicto XVI. En el caso del Papa Francisco descubrí que tenía una buena experiencia en relaciones bilaterales».
Finalmente Hilarion comenta: «Hungría es un país con una población predominantemente católica y el Papa fue calurosamente recibido por decenas de miles de personas. Hungría es el único país de la Unión Europea que se muestra abierto a pesar de las presiones de Washington y Bruselas. Es un país que protege los valores cristianos y se opone sistemáticamente a la propaganda del liberalismo, la permisividad moral y el libertinaje. La Constitución húngara comienza con las palabras Dios bendiga a los húngaros y es una cita del himno nacional húngaro, que no es más que una oración. La Constitución dice que estamos orgullosos de que nuestro rey San Esteban, hace mil años, hiciera de nuestro país una parte de la Europa cristiana. Los valores cristianos están protegidos en la Constitución de Hungría, en particular: el matrimonio, definido como la unión entre un hombre y una mujer; toda persona tiene derecho a la vida y a su dignidad; el feto tiene derecho a la protección desde la concepción…».
Desde la Sala de Prensa de la Santa Sede no se ha emitido declaración para precisar a qué se refiere el Papa con «una misión» que todavía no es pública. Las partes, por lo pronto, aseguran no estar enteradas.