Por: Ariel Beramendi
(ZENIT Noticias / Roma, 16.05.2023).- Al preparar la crónica vaticana de esta semana tenía varias noticias importantes por comentar, incluso hechos inéditos como la visita de la cabeza de la Iglesia copta ortodoxa de Egipto, el papa copto Tawadros II, que junto a papa Francisco, cabeza de la Iglesia Católica, presidieron la audiencia general del miércoles 10 de abril. Francisco no pronunció su catequesis semanal sino que recibió a su amigo Tawadros II y ambos se dirigieron sendos mensajes para celebrar la amistad entre estas dos iglesias, recordando que hace 50 años sus predecesores se encontraron por primera vez.
Fue inédito ver a los dos papas en la plaza San Pedro. Un fruto concreto de este encuentro fue la decisión de que los 21 mártires cristianos coptos, degollados en Libia por ISIS (Estado Islámico) en el año 2015, sean incluidos en el Martirologio Romano como signo de comunión entre las dos iglesias (tenemos claro el recuerdo de esos hombres arrodillados en la playa vistiendo de color naranja y detrás de ellos sus asesinos).
Nuestra crónica también debía comentar la 22ª Asamblea General de Caritas Internationalis, asociación benéfica presente en casi todo el mundo. Y es que la semana pasada tuvo lugar este encuentro, después que en noviembre de 2022 el pontífice cesó a toda su cúpula, designando un administrador en vistas a una reforma de este organismo.
La asamblea fue realizada en un prestigioso hotel de Roma entre el 11 y el 16 de mayo, y al momento de cerrar esta crónica ya se conoce que el Arzobispo de Tokyo, Isao Kikuchi, fue elegido presidente de Caritas; y que el nuevo secretario General es el escocés Alistair Chad Dutton.
Otras noticias, como las palabras del papa sobre la natalidad ante la primera ministra italiana (que rompiendo el protocolo se vistió de blanco), pasaron a un segundo plano noticioso porque el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, se encontró con el papa en el Vaticano. En esta reunión, de 40 minutos, que tuvo lugar el sábado 12 de mayo por la tarde, los gestos e imágenes hablaron más que los comunicados oficiales.
El Pontífice le donó una escultura de bronce en forma de un ramo de olivo, que representa el anhelo de paz y que esta guerra llegue a su fin. Zelensky ofreció a cambio una imagen de la Virgen María, que en sus brazos sostiene la silueta oscura de un niño ausente, en referencia a los niños ucranianos que habrían sido secuestrados y trasladados a Rusia. La imagen tiene un escudo roto, con una imagen mariana y los colores de la bandera amarilla y azul.
Después del encuentro Zelensky oficializó su postura declarando:
«Agradezco su atención personal a la tragedia de millones de ucranianos. Hablé de decenas de miles de niños ucranianos deportados. Debemos hacer todo lo posible para que vuelvan a casa. Además, pedí que se condenaran los crímenes rusos en Ucrania. Porque no puede haber igualdad entre la víctima y el agresor. También hablé de nuestra Fórmula de Paz como único algoritmo eficaz para lograr una paz justa. Le propuse unirse a su implementación».
Declaración que fue interpretada por los analistas como el rechazo del plan de paz que el Vaticano estaría llevando adelante. Lo cierto es que esta guerra dura más de un año y las dinámicas internacionales están tomando mayor protagonismo.
Ariel Beramendi es sacerdote y vive en Roma.