Cuando de una misma familia salen dos hijos obispos (y en un caso incluso cardenal)

La calidad humana de las personas y el compromiso cristiano que desemboca en tan alto fruto vocacional mucho dicen de los papás que trasmitieron la fe y educaron humanamente las almas de dos hermanos para alcanzar tan alto servicio a la Iglesia.

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(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 17.05.2023).- Familias con dos hermanos sacerdotes se encuentran en muchos países. Menos común es que dos hijos del mismo hogar lleguen al obispado. Un caso de este tipo era el de los hermanos Farrell. Pero ya no son los únicos.

En 2006, Monseñor Pedro María Laxague fue nombrado vicario general de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, como su hermano, el salesiano Esteban Laxague, titular del obispado de Viedma. Es la segunda vez que se registra esta circunstancia de dos hermanos en el Episcopado de Argentina. Ambos nacieron en Coronel Pringles.

En el pasado, la coincidencia sucedió cuando Monseñor Alfonso María Buteler fue nombrado primer Arzobispo de Mendoza en 1940 y su hermano, Monseñor Leopoldo Buteler, fue el primer Obispo de Río Cuarto en 1934. La calidad humana de las personas y el compromiso cristiano que desemboca en tan alto fruto vocacional mucho dicen de los papás que trasmitieron la fe y educaron humanamente las almas de dos hermanos para alcanzar tan alto servicio a la Iglesia.

Más frecuente es encontrar hijos de un mismo hogar que entran al seminario y reciben el orden sacerdotal. Como muchos sabemos, la familia es el más fuerte semillero de vocaciones, pues el amor a Dios y a los demás, y el deseo de vivirlo con la entrega de toda la vida al servicio pastoral crece en tierra buena.

En 2010, en Aguadas, provincia de Caldas, dos hermanos gemelos, Néstor Mario y Carlos Alberto Arias Arias recibieron el sacramento del sacerdocio. Y, en la misma ciudad, Julián, John Jairo y Jorge Iván Acevedo Galvis, hermanos los tres, también fueron ordenados en fechas cercanas. «El hogar fue el mayor promotor de nuestra vocación por la educación religiosa que recibimos de nuestros padres, pues en la familia no hay una tradición de tener muchos parientes en la iglesia», comentó Jorge Iván.

 

Es relevante la decisión de ser ministros de Dios en cinco habitantes de una ciudad con poca tradición vocacional, que aparece, además, en plena crisis mundial de vocaciones sacerdotales.

Más notorio es encontrar a dos hermanos, Brian y Kevin Farrell que, además de alcanzar el grado máximo del sacerdocio en el episcopado, trabajan en el Vaticano al servicio del Papa Francisco.

Kevin nación en Dublín en 1947. Es cardenal y Prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, además de camarlengo, es decir, responsable de la Iglesia y cabeza de la Curia Vaticana durante la vacante que se produce a la muerte del Papa. Brian es también obispo, miembro de la Congregación de los Legionarios de Cristo, y es secretario del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos en el Vaticano, nacido también en Dublín, en 1944.

Motiva cristianamente encontrar familias que han contribuido al quehacer de la Iglesia con el mayor don que unos padres pueden dar a la evangelización: hijos que se consagran al servicio de Dios y a los demás. Es claro que orar por la familia contribuye mucho al fortalecimiento de la Iglesia.

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Rafael Llanes

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