(ZENIT Noticias / Chicago, 24.05.2023).- El martes 23 de mayo el Fiscal General de Illinois, Kwame Raoul, publicó un informe sobre la investigación de su oficina de las denuncias de abusos sexuales a menores contra clérigos en las seis diócesis católicas de Illinois durante un periodo de casi 90 años.
El Informe aborda tanto la forma en que las diócesis respondieron a tales acusaciones en décadas pasadas como las políticas actuales que ayudan a garantizar la seguridad de los niños y a apoyar la curación de los supervivientes. No hemos estudiado el informe en detalle, pero nos preocupan los datos que podrían malinterpretarse o que se presentan de forma que podrían inducir a error. Por lo tanto, es importante que expongamos lo que sabemos que es cierto. Por ejemplo:
Los 451 nombres «revelados»:
- 451 son las 6 diócesis e incluyen a sacerdotes de órdenes religiosas.
- 451 incluye a los sacerdotes que ya figuran en los 6 sitios web.
- TODOS fueron denunciados a las autoridades civiles, ninguno no fue revelado, ninguno estaba «escondido a plena vista desde al menos 2002».
- Nosotros SÍ incluimos a los religiosos declarados probados por sus órdenes.
- 149 hombres aún «no revelados» son en su mayoría miembros de órdenes religiosas que no están en nuestro sitio; no son no revelados, y están bajo la supervisión e informan a su orden respectiva. El propio fiscal general distinguió entre diócesis y órdenes religiosas, diciendo que «se trataba de una investigación sobre las diócesis, no sobre las órdenes», reconociendo que son diferentes. Sin embargo, sus totales incluyen a ambas.
- El Fiscal General dijo: la iglesia es más digna de investigación porque es una organización religiosa de confianza. Creemos que todos los niños merecen ser protegidos, independientemente de que estén al cuidado de una institución religiosa o laica; no es justo ni sensato centrarse sólo en la Iglesia católica, que es la que más ha avanzado en este ámbito.
- Prescripción: ofrecemos atención, compasión (ayuda pastoral) e incluso compensación a todos los que denuncian, independientemente de la prescripción.
- El Fiscal General recomienda que personas ajenas a la Iglesia participen en la supervisión de nuestras investigaciones internas. Desde 1992 contamos con una junta de revisión independiente con laicos que supervisan estas investigaciones, razón por la cual el número de incidentes de abuso ha descendido de forma tan espectacular.
- Debemos pensar en primer lugar en los supervivientes de abusos sexuales que llevan la carga de estos crímenes a lo largo de sus vidas. En nombre de la archidiócesis, pido disculpas a todos los que se han visto perjudicados por la incapacidad de prevenir y responder adecuadamente a los abusos sexuales a menores cometidos por clérigos. Los supervivientes estarán siempre en nuestras oraciones, y nos hemos dedicado a erradicar este problema y a proporcionar curación a las víctimas.
Durante más de 30 años, la Arquidiócesis de Chicago ha estado a la vanguardia del desarrollo y la mejora de políticas y programas para hacer frente a la lacra de los abusos sexuales a menores y apoyar a los supervivientes. Nuestras políticas y procedimientos, adoptados por primera vez en 1992, han servido de modelo para organizaciones y profesionales que se ocupan de este difícil asunto. Espero que la atención que ha suscitado el Informe anime a quienes trabajan con menores a aprender de nuestra experiencia y a tomar medidas para proteger a todos los niños de los abusos sexuales.
He aquí algunos datos clave sobre nuestros esfuerzos en la Arquidiócesis de Chicago:
- Desde 1992, hemos mantenido uno de los primeros y mayores programas de asistencia a víctimas y supervivientes del país. Proporcionamos asistencia a cualquier persona que haga una denuncia, independientemente de si el acusado está vivo o de si la denuncia está fundamentada.
- En la Archidiócesis de Chicago no ejerce su ministerio ningún clérigo contra el que se haya sustanciado siquiera una acusación. Cuando tenemos conocimiento de una acusación de abuso, actuamos con prontitud, informamos a las autoridades civiles, apartamos al acusado del ministerio e investigamos la acusación. Las denuncias se someten a la investigación de nuestra Junta de Revisión Independiente, de mayoría laica. De acuerdo con la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB), los clérigos que hayan cometido un solo acto de abuso sexual infantil son apartados permanentemente del ministerio.
- Hasta donde sabemos, la archidiócesis ha denunciado a las autoridades civiles todas las acusaciones de abusos sexuales a menores por parte de clérigos, incluidas las más antiguas. Informamos de estas denuncias independientemente de si el acusado está vivo o muerto, es un sacerdote diocesano, un sacerdote externo de otra diócesis o un sacerdote de una orden religiosa. Consideramos que se ha presentado una denuncia aunque se haga de forma anónima, tenga datos incompletos (como el nombre del sacerdote o de la parroquia) o la haga un tercero, e informamos de todas esas denuncias a las autoridades civiles. Es importante destacar que, por lo que sabemos, no existen denuncias «ocultas», «no reveladas» o «no denunciadas» de abusos sexuales a menores por parte del clero de esta archidiócesis.
- De acuerdo con nuestras políticas recientemente modificadas, las denuncias contra sacerdotes fallecidos que aún no han sido incluidos en nuestra lista de sitios web son procesadas por nuestra Junta de Revisión Independiente. Si se corrobora una acusación contra un sacerdote fallecido, el nombre del sacerdote se añade a la lista.
- Cuando una acusación de abuso sexual infantil implica a un sacerdote de una orden religiosa que trabaja en un ministerio de la archidiócesis, como una asignación parroquial, retiramos las facultades del acusado para ejercer su ministerio en la archidiócesis, nos ponemos en contacto con la orden religiosa y ayudamos a facilitar la denuncia del superviviente. Todas las órdenes religiosas con miembros que viven en la archidiócesis están obligadas a tener un proceso para investigar tales acusaciones.
- Desde 2006, publicamos en nuestro sitio web los nombres de los sacerdotes diocesanos con denuncias de abuso corroboradas. En 2014, publicamos más de 20.000 documentos de los expedientes de estos sacerdotes. Estos documentos permanecen en nuestro sitio web.
- Actualizamos la lista de nuestro sitio web según sea necesario y la hemos ampliado para incluir los nombres de sacerdotes de órdenes religiosas cuya orden ha corroborado una acusación en su contra y que han sido asignados a un ministerio de la Arquidiócesis de Chicago, como una parroquia.
- Llevamos a cabo investigaciones de antecedentes para el clero, los empleados y los voluntarios de la archidiócesis y aplicamos un programa integral de formación sobre entornos seguros para adultos y niños. En los dos últimos años, hemos formado a más de 112.000 niños de forma adecuada a su edad sobre cómo reconocer, resistir y denunciar comportamientos abusivos. Hasta la fecha, hemos formado a más de 263.000 adultos en 3.700 sesiones de formación.
Tal y como exige la Carta de la USCCB para la Protección de la Infancia y la Juventud (la Carta), auditamos todos los años nuestros programas parroquiales y escolares de entorno seguro y, a su vez, la USCCB audita el cumplimiento de la Carta por parte de la archidiócesis.
- Además, hemos trabajado en colaboración con los supervivientes para responder a su necesidad de curación. Esta colaboración ha llevado al desarrollo del Jardín de la Curación, una Misa anual por la Esperanza y la Curación y el Servicio del Molinete para la Prevención del Abuso Infantil, círculos de paz dirigidos por supervivientes y la revista Healing Voices.
- Siempre tratamos de mejorar nuestros esfuerzos de protección de la infancia y apoyo a las víctimas. Nuestros procesos, políticas y archivos han sido revisados en repetidas ocasiones por expertos independientes para garantizar que nos mantenemos al día de las mejores prácticas.
Además de estas medidas, la Arquidiócesis de Chicago coopera plenamente con las fuerzas del orden, incluida la investigación del Fiscal General. Hemos puesto a nuestros empleados a disposición para ser entrevistados y les hemos proporcionado acceso a cientos de miles de documentos. Estamos comprometidos a revisar continuamente nuestras políticas y consideraremos cuidadosamente cualquier cambio recomendado por el Fiscal General. De hecho, la archidiócesis ya ha aplicado una serie de recomendaciones que el Fiscal General hizo en el curso de la investigación, como la ampliación de los parámetros de nuestra lista de sitios web.
Desde mis primeros días como Obispo, he abordado las acusaciones de abusos sexuales a menores poniendo al niño en el centro de mis acciones. En mi experiencia, tanto si el abuso ocurrió en un pasado reciente como lejano, el superviviente habla desde el dolor que sufrió como ese niño herido y traicionado. La Archidiócesis de Chicago lleva mucho tiempo tratando de curarles y evitar que este delito se repita. Me comprometo personalmente a aplicar el máximo nivel de vigilancia a estos esfuerzos y a reforzar aún más nuestras salvaguardias contra los abusos. Invito a otras instituciones que se ocupan de los niños y a las autoridades civiles a que se unan a nosotros en esta labor y consideren la posibilidad de adoptar los procedimientos que hemos desarrollado a lo largo de las tres últimas décadas, para que todos los niños se mantengan a salvo.
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.
