Por: Rafael Manuel Tovar
(ZENIT Noticias / Bolivia, 24.05.2023).- El jesuita Alfonso Pedrajas, ya fallecido, confesó en un diario que abusó sexualmente de menores, la mayoría en Bolivia. Él mismo calificó sus actos como «delitos deplorables y aberrantes». Dichos crímenes se mantuvieron ocultos durante años, tiempo que transcurrió en aparente normalidad por el silencio cómplice de la estructura eclesial local, especialmente de la Compañía de Jesús, quien parece haber encubierto.
El caso ha destapado otros casos de pederastia en Bolivia. El Gobierno escribió una carta al Papa y anunció reservarse el derecho de admisión a nuevos sacerdotes extranjeros.
La carta del presidente Luis Arce añade la solicitud de que la justicia boliviana acceda a expedientes de casos de pederastia cometidos por eclesiásticos en el territorio nacional.
El domingo 21 de mayo, la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana comunicó la visita a Bolivia de Mons. Jordi Bertomeu, oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, para analizar y reflexionar sobre los avances en los protocolos que la Iglesia propone para la prevención ante abusos sexuales, impulsada por el Papa Francisco, y que la Conferencia Episcopal Boliviana inició hace tres años.
El trabajo de la comisión de la Conferencia Episcopal Boliviana se orienta a la «profunda cercanía con quienes han sido víctimas del flagelo de los abusos en la Iglesia».
El secretario de Desarrollo Humano de la Gobernación, Carlos Solá, ha declarado que habrá «fiscalización sorpresa» en hogares y residencias administradas por la Iglesia. Son intervenciones que realizará la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Gobierno. Hay quien ha hecho notar por qué se harán estas estas fiscalizaciones solo en instituciones de la Iglesia Católica, como si no existiera la pederastia en organizaciones civiles o gubernamentales.
La secretaría general de la Conferencia Episcopal Boliviana informa que monseñor Jordi Bertomeu ha seguido por encargo del Vaticano varios hechos vinculados a abusos en la Iglesia.
La Iglesia boliviana y la Compañía de Jesús han reiterado la línea de «tolerancia cero» en un ambiente de ataques por los poderes político y judicial a la Iglesia católica. El viernes 19 de mayo, el Consejo Boliviano de Laicos emitió una nota en la que pide que «la ley se aplique con transparencia y celeridad, y que los juicios no se dilaten para ser utilizados como cortina de humo para encubrir otros problemas importantes que enfrentamos en nuestro país». El comunicado de la Iglesia llama al rechazo de todo el país sobre «las acusaciones y ataques infundados contra la Iglesia católica» por parte de grupos que no profesan la fe o siguen ideologías contrarias a la religión y admitiendo que «los delitos deben ser tratados individualmente, sin juzgar a las instituciones u obras de la Iglesia en su conjunto».
Las acciones en busca de justicia promovidas por la misma Iglesia en Bolivia manifiestan el firme compromiso con la justicia y con la pastoral atenta a los más vulnerables.
El provincial de los jesuitas, Bernardo Mercado, preguntado sobre su reacción tras conocer la noticia de los abusos de Alfonso Pedrajas, contestó que se alteró al conocer la magnitud del crimen y ante el dolor de las víctimas. No estimó la repercusión a nivel de opinión pública. «Pensé en las víctimas inmediatamente. Decir que viene un señor del otro continente, se le recibe tan bien, se le abren todas las puertas y comete estas atrocidades, las registra y las guarda al margen de la Compañía de Jesús… Entonces te viene la imagen de un monstruo».
El Padre Bernardo Mercado añadió que la Compañía de Jesús de Bolivia investigará todos los casos de pederastia en el pasado. La indagación se hará con gente que posea la voluntad de esclarecer los casos y la delicadeza para manejarlo con total responsabilidad.
