La Virgen de Sheshan. Foto: Vatican Media

Obispos chinos: detenciones, controles y nuevos ‘ilegítimos’. El sufrimiento del que habla Francisco

Incluso entre los 67 obispos reconocidos oficialmente por las autoridades de Beijing, una docena están bajo estrecha vigilancia, y son 13 los «subterráneos» detenidos o limitados en su ministerio. Pero en el confuso clima actual también hay una quincena de sacerdotes chinos que se autoproclamaron obispos, desafiando tanto a las autoridades civiles como a las eclesiásticas.

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(ZENIT Noticias – Asia News / Milán, 26.05.2023).- En la jornada de oración a María Auxiliadora, que se venera en Sheshan, el santuario de Shanghai, dedicada a rezar por la Iglesia en China, el Papa Francisco dirigió el miércoles 24 de mayo un pensamiento especial a «los que sufren, pastores y fieles», invitándolos a elevar su plegaria a Dios «para que la Buena Noticia de Cristo crucificado y resucitado sea proclamada en su plenitud, belleza y libertad» en China.

Reflexionando sobre estas palabras, se podría pensar que en esta jornada de oración los ojos de la Virgen estuvieron especialmente atentos a la situación de los obispos en China, que, desde un punto de vista humano, parece bastante preocupante.

Actualmente hay 67 obispos oficiales: un número reducido si tenemos en cuenta que un tercio de las diócesis siguen vacantes a pesar del Acuerdo provisional entre la Santa Sede y la República Popular que se firmó en 2018 y se renovó por segunda vez el pasado mes de octubre. Incluso entre los obispos también reconocidos por la República Popular China, resulta que al menos una docena están supervisados o manipulados por las autoridades civiles. Además, hay otros 13 obispos no oficiales (pertenecientes, por tanto, a comunidades subterráneas, comúnmente denominadas clandestinas) a los que mantienen bajo vigilancia y cuyas actividades están muy restringidas. Otros cuatro obispos no oficiales se encuentran en situaciones especiales aún más precarias: entre ellos, mons. Giacomo Su Zhimin, obispo de Baoding, del que no se tienen noticias desde hace muchos años, al punto de que algunos dicen que murió en prisión. Por último, hay que añadir a la lista otros ocho obispos definidos como «irregulares», que pueden ejercer su ministerio como simples sacerdotes (aunque uno de ellos, centenario, probablemente haya fallecido).

Sin embargo, a la confusión y el sufrimiento se suman algunas situaciones de otro tipo. Por ejemplo, recientemente circuló por Wechat, incluso en Hong Kong, un vídeo que muestra a siete sacerdotes en un entorno privado, uno con mitra y báculo, otro con ornamentos de misa y todos con sotana, estola y un solideo episcopal en la cabeza: dicen ser obispos, pero son a todos los efectos «obispos ilegítimos». Según parece, la iniciativa partió de Paul Wang Huiyao, de Zhouzhi, y Zhang Tongli, adscrito a la diócesis de Shanghai, que están excomulgados. Mientras que la ordenación episcopal de Zhang Tongli nunca fue reconocida por la Santa Sede porque la obtuvo mediante fraude, el reverendo Wang Huiyao pertenecía al número de «obispos irregulares», que sólo podían actuar como sacerdotes.

Su ejercicio de funciones episcopales requirió la intervención de la Santa Sede, que los destituyó del estado clerical en 2021. Sin embargo, parece que siguieron actuando como obispos, por decisión autónoma y desafiando a las autoridades civiles y eclesiásticas. Algunos piensan que el vídeo es la grabación de una reciente ordenación episcopal. Pero en realidad, desde 2021 circulaban rumores y fotos de ordenaciones episcopales privadas por parte de los citados Zhang Tongli y Wang Huiyao, al punto que requirió la intervención de la Santa Sede.

Además de esta iniciativa, anteriormente se había registrado también la de Dong Guanhua, de Zhengding, que en 2016 afirmó que había sido ordenado obispo en 2005, y por su parte,  también había ordenado a otros nuevos obispos. Su obispo lo suspendió a divinis, medida que fue confirmada luego por la Santa Sede.

Recientemente, algunos otros sacerdotes se autoproclamaron obispos, lo que dio lugar a una lista de una quincena de nombres de «obispos ilegítimos»: este fenómeno se ve favorecido por la situación general de confusión y ambigüedad en la Iglesia. Las autoridades civiles están preocupadas, ya que un fenómeno similar también ocurre en otras confesiones religiosas.

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Redacción zenit

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