(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 01.06.2023).- Exactamente dos semanas después de que un hombre entrase en un auto a la fuerza a la Ciudad del Vaticano, la tarde del jueves 1 de junio, poco tiempo antes del cierre de la basílica de vaticana de San Pedro, un hombre desnudo subió al altar principal del templo católico más famoso del mundo.
Ante la mirada atónita de los cientos de peregrinos y turistas, los guardias intervinieron cuando ya decenas de personas habían capturado fotografías del momento.
El hombre, que presumiblemente padece depresión, manifestó haber realizado el gesto para protestar contra la guerra en Ucrania, especialmente por el sufrimiento de los niños ucranianos. La policía detuvo al delincuente y aún no hay un reporte público sobre el futuro legal del vándalo.
Este segundo acontecimiento ha hecho plantear interrogantes acerca de los niveles de seguridad en la Ciudad del Vaticano. Que una persona haya tenido tiempo para quitarse la ropa, para subir los escalones hacia el altar principal y que posteriormente se haya logrado subir encima del altar donde 4 días atrás celebró la misa el Papa hace razonable y legítimo plantear la duda sobre la capacidad de reacción, más si se toma en cuenta la gran cantidad de guardias de seguridad que hay dentro de la basílica de San Pedro.