Por: Enrique Villegas
(ZENIT Noticias / Orizaba, México, 11.06.2023).- En el marco de los 500 años de las apariciones de la Virgen María a Juan Diego, surge el Camino de Guadalupe en el Pico de Orizaba, Veracruz: una iniciativa de la Iglesia Católica al servicio de los más pobres y marginados.
Los amantes de la naturaleza, los senderistas y los aventureros del ciclismo de montaña se encuentran allí en su ambiente. Mientras peregrinan, contemplan la belleza de la naturaleza de la sierra veracruzana: montañas, ríos, cascadas, campos rebosantes de flores, rebaños de ovejas y cabras, y sobre todo, gente hospitalaria.
El Pico de Orizaba, la cumbre más alta de México, simboliza el destino más elevado al que se puede aspirar aspirar: el cielo. Peregrinar por el Camino de Guadalupe es caminar con determinación a la vida eterna tomados de la mano de la Virgen María.
El Camino de Guadalupe ofrece un itinerario: se puede partir de la cabecera municipal, La Perla, o de Macuilacatl Grande, y hacer el recorrido actual de 29 o de 22 kilómetros hasta el Jardín de Guadalupe, situado en la comunidad de El Minero. Las estaciones intermedias hasta ahora establecidas son San Martín, La Ciénega, Chilapa y Las Trincheras. La Plaza de Guadalupe de San Martín tiene una escultura de la Virgen con San Rafael Guízar y Valencia. La plaza de La Ciénega la hicieron los habitantes con piedritas recogidas por ellos mismos en el Río Metlac. Niños, jóvenes, adultos y ancianos las fueron colocando una a una como fondo de las 46 estrellas que tiene el manto de la Virgen del Tepeyac. En esta escultura la Virgen de Guadalupe está abrazando a Juan Diego. La Plaza de Guadalupe en Chilapa tiene un tapete de piedra elaborado en Puebla y puede verse desde 7 pueblos. En las Trincheras se erige majestuosa una imagen de la Morenita de 5 metros de altura hecha de acero en Monterrey.
El Camino de Guadalupe es un proyecto de evangelización y paz bajo el manto de la Virgen María, donde la oración y la acción van de la mano. La «Misión MasAlto», promotora del Camino de Guadalupe bajo la dirección del padre Evaristo Sada, legionario de Cristo, ha encabezado brigadas de reforestación, proyectos de acopio de agua potable en equipo con la Fundación Rotoplas, 200 huertos de clavo japonés y 83 invernaderos de flores, propiedad de las mujeres campesinas. En este programa cuentan con el apoyo de Cubasa y de la Fundación Banorte, entre otros.
El turismo religioso que seguramente detonará el Camino de Guadalupe será en beneficio de las comunidades más desprovistas de las faldas del volcán.
Los campesinos dedicados al cultivo de flores y al pastoreo, se saben los Juan Diegos de nuestro tiempo, mirados y elegidos por la Virgen María para ser sus mensajeros y extender el Reino de Cristo. Los párrocos de Xometla y de La Perla trabajan en equipo con Familia Misionera para formarlos para esa misión.