(ZENIT Noticias / Washington, 29.06.2023).- El 24 de junio, cuando se cumplía un año de la sentencia del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, treinta y un congresistas católicos redactaron una declaración pública de principios, invocando falsamente enseñanzas específicas de la Iglesia católica para defender su apoyo al derecho legal al aborto. El Arzobispo Timothy P. Broglio, de la Arquidiócesis para los Servicios Militares, EE.UU., y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB), el Obispo Michael F. Burbidge de Arlington, presidente del Comité de Actividades Provida de la USCCB, y el Obispo Daniel E. Flores de Brownsville, presidente del Comité de Doctrina de la USCCB, emitieron la siguiente declaración correctiva en respuesta:
«Los miembros del Congreso que recientemente invocaron enseñanzas de la propia fe católica para justificar el aborto o apoyar un supuesto derecho al aborto distorsionan gravemente la fe. Es erróneo e incoherente pretender que la privación de una vida humana inocente en su fase más vulnerable pueda ser coherente con los valores de apoyo a la dignidad y el bienestar de los necesitados. La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción», incluso a través de la ley civil [Catecismo de la Iglesia Católica, 2270, 2273]. El aborto viola esto con respecto a los niños antes de nacer y provoca un sufrimiento indecible a innumerables mujeres.
«La conciencia goza, con razón, de una consideración especial tanto en la enseñanza de la Iglesia como en la esfera pública. Y los responsables políticos deben apoyar la libertad de los católicos y de otros para servir al bien común de acuerdo con sus creencias en una amplia gama de áreas – desde los servicios y la asistencia a los inmigrantes recién llegados, hasta la oferta de asistencia sanitaria y servicios sociales.
«Sin embargo, la conciencia no es una licencia para cometer el mal y acabar con vidas inocentes. La conciencia no puede justificar y no justifica el acto o el apoyo al aborto. De hecho, la conciencia ‘debe ser informada y el juicio moral iluminado’ con la Palabra de Dios en la fe y la oración, y ‘guiada por la enseñanza autorizada de la Iglesia’ [CIC 1783, 1785]. Además, la realidad de que los no nacidos son nuestros hermanos y hermanas vivos no es sólo una cuestión de fe, sino que está atestiguada por la ciencia y la sana razón.
«Una vez más imploramos y rezamos para que el Congreso se una a nosotros para trabajar por el verdadero bien común dando prioridad a un apoyo auténtico y edificante para los vulnerables y marginados, incluidas las madres y las familias necesitadas.»
La declaración del obispo Burbidge como presidente del comité provida con motivo del aniversario de la decisión Dobbs se publicó a principios de este mes y puede leerse aquí.