(ZENIT Noticias / Roma, 17.08.2023).- En un inesperado giro de eventos, mientras se realizaban excavaciones para la edificación de un aparcamiento en el patio del Palacio de la Rovere, una joya arquitectónica renacentista del siglo XV que alberga la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Roma, arqueólogos han desenterrado una asombrosa maravilla histórica: los restos parcialmente conservados del antiguo teatro de Nerón, que yacía oculto bajo tierra durante más de dos mil años, a pocos metros del Vaticano.
Este lujoso edificio imperial, que anteriormente solo se conocía a través de antiguos textos, ha sido identificado gracias a una serie de pistas arqueológicas «muy consistentes», según Alessio de Cristofaro, uno de los arqueólogos de la Municipalidad de Roma involucrados en la excavación. «Con esta excavación pudimos plantear una propuesta de identificación que se basa en una serie de pistas arqueológicas que son muy consistentes entre sí y que nos llevan a identificar este espacio como el antiguo teatro de Nerón», declaró De Cristofaro.
El teatro de Nerón se erige en una zona históricamente asociada a los horti (jardines) de Agripina la Mayor, la madre del emperador Calígula, que resalta como un destacado punto de la familia imperial Julio-Claudia. En este espacio se construyó un majestuoso circo para las emocionantes carreras de caballos de la época.
Aunque autores como Plinio, Suetonio y Tácito habían hecho referencia a la existencia de este teatro en las cercanías del Vaticano, la densidad de edificios en el área, muchos de los cuales poseen un alto valor artístico y cultural, ha obstaculizado tradicionalmente cualquier intento de excavación arqueológica que pudiera demostrar su ubicación.
Los fragmentos recuperados del teatro de Nerón abarcan la zona izquierda de la cávea y la escena, incluyendo elementos arquitectónicos notables como columnas y elaborados motivos decorativos, que atestiguan la opulencia y grandiosidad del edificio. «La riquísima decoración arquitectónica, consistente en mármoles blancos y mármoles de colores, columnas estriadas de orden jónico, los estucos recubiertos de láminas de oro y la presencia de un determinado tipo de ladrillos nos permiten datar con precisión el edificio entre la época de Calígula y la de Nerón», afirmó Cristofaro.
Las excavaciones también han revelado otros tesoros ocultos, como copas de vidrio, cántaros, cerámicas y reliquias dejadas por peregrinos de tiempos pasados. Estos objetos, junto con restos óseos y matrices de rosarios de la Edad Media, revelan una ventana a la historia de Roma a lo largo de los siglos. Los arqueólogos recalcan la importancia de considerar que, durante la Edad Media, esta área atraía peregrinos de todo el mundo que acudían para venerar la tumba de San Pedro, según la tradición cristiana.
Renato Sebastiani, otro miembro clave del equipo de arqueólogos, destacó la singularidad de este descubrimiento. «La Edad Media no es fácil de encontrar en esta ciudad. Se conoce por los palacios, iglesias y ciertas fuentes históricas, pero desde el punto de vista material no existen muchos restos como los que aquí tenemos, que van desde el siglo X al XV y que nos cuentan una parte de la historia económica y social de la ciudad de Roma», concluyó Sebastiani.
En resumen, la reciente revelación del teatro de Nerón en las cercanías del Vaticano, gracias a las excavaciones realizadas en medio de los trabajos de construcción de un hotel, ha desenterrado una rica historia de esplendor imperial y vida cotidiana a lo largo de los siglos en esta región icónica de Roma. El descubrimiento arqueológico no solo ilumina la grandiosidad de la antigua Roma, sino que también arroja luz sobre la influencia duradera de la Edad Media en la ciudad eterna.