Foto: Universidad Católica de Valencia

España: aumentan hasta en 30% suicidios en jóvenes

“No obstante, es muy importante señalar que la mayoría de los adolescentes con trastorno mental no intentan suicidarse. Y, por supuesto, muchos adolescentes que cometen estos actos no presentan ningún trastorno mental”, se afirma en un artículo de la Universidad Francisco de Vitoria

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Julio Tudela y Cristina Castillo

(ZENIT Noticias – Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia / Valencia, 11.09.2023).- Los suicidios entre adolescentes de 12 a 18 años han aumentado en España hasta un 32,35% entre 2019 y 2021, pasando de 34 a 45 fallecidos y convirtiéndose ésta en la primera causa de muerte en jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años.

Estas escalofriantes cifras se recogen en el informe “Evolución del suicidio en España en la población infantojuvenil (2000-2021)”, elaborado a partir los datos de mortalidad para el presente milenio del Instituto Nacional de Estadística (INE) por el investigador principal del Grupo de Investigación en Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro de la Torre, junto a investigadores del CIBERSAM.

Una tendencia creciente

Los investigadores deducen que el incremento “no se justifica por la aparición de la pandemia”. Tras analizar los datos del INE, explican que se trata de una tendencia creciente de mortalidad por esta causa en España desde 2018.

Cada día se quitan la vida 11 personas en nuestro país, siendo la tasa de mortalidad por suicidio en edad adolescente en España (12-17 años) de 1,49 fallecimientos por cada 100.000 habitantes.

En cuanto a la distribución por edades, la mitad de los casos registrados se dieron en la franja de edad comprendida entre los 40 y los 64 años, el 31% tenían 65 años o más, el 13.8% entre 25 y 39 y un 5% entre 10 y 24.

En el grupo de 24 a 29 años, la tasa de mortalidad por esta causa en 2021 fue de 5,75 por cada 100.000 habitantes. Un 81.5% fueron hombres.

Diferencias por sexo

De manera general, existe un importante desequilibrio entre en el número de muertes por suicidio en relación con el sexo, de forma que 3 de cada 4 fallecimientos son en varones. Esta diferencia se refleja en todos los grupos de edad excepto en adolescentes, donde la proporción ha evolucionado desde los 3 varones por cada mujer a principios de siglo, a la misma proporción entre sexos en la situación actual, lo cual supone un significativo aumento de incidencia en mujeres adolescentes.

Causas de los suicidios

Según una reciente investigación, los problemas de salud mental parecen ser el factor de riesgo más asociado con la conducta suicida en adolescentes. Principalmente la depresión, aunque también existen otros como la ansiedad o los trastornos alimentarios. Cuando confluyen varios trastornos mentales, o cuando se combinan con abuso de alcohol o drogas, el riesgo se dispara.

“No obstante, es muy importante señalar que la mayoría de los adolescentes con trastorno mental no intentan suicidarse. Y, por supuesto, muchos adolescentes que cometen estos actos no presentan ningún trastorno mental”, se afirma en un artículo de la Universidad Francisco de Vitoria publicado en The Conversation.  “Los eventos vitales adversos se consideran factores precipitantes. Entre los eventos estresantes más comúnmente asociados a la conducta suicida destacan los conflictos familiares, haber sido víctima de violencia sexual, sufrir maltrato en la infancia o sufrir bullying. Sin embargo, en un adolescente vulnerable, las rupturas de pareja, los cambios de residencia, el fracaso escolar y otras situaciones también podrían actuar como detonantes”.

Asimismo, la misma fuente asegura que determinados rasgos de personalidad como la impulsividad, el perfeccionismo o el uso de estrategias de afrontamiento centradas en la emoción o en la evitación aumentan el impacto negativo que tienen los eventos vitales adversos.

Factores ambientales y educativos promotores de conductas hedonistas que facilitan la baja tolerancia a la frustración, y que reducen la experiencia vital, en todas las franjas de edad pero, especialmente, en la etapa adolescente, al plano de la emotividad, la experiencia placentera y la evitación de todo sufrimiento, pueden estar detrás de un debilitamiento de la personalidad que la hace más vulnerable incrementando el riesgo de aparición de tendencias suicidas.

Resulta importante computar en el proceso la influencia que redes sociales e internet pueden ejercer en estas tendencias, cuyo abuso está detrás de muchas conductas adictivas, estados de dependencia, frustración e incremento de psicopatologías.

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