(ZENIT Noticias / Burkina Faso, 20.11.2023).- Un líder cristiano de Burkina Faso ha declarado que la persecución yihadista de los cristianos ha dado un nuevo giro, tras la ejecución sumaria de dos niños y la expulsión de creyentes de un pueblo del noroeste del país.
En declaraciones a la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el obispo de Dédougou, Prosper Bonaventure Ky, afirmó que la expulsión de los cristianos de Débé por parte de extremistas islamistas constituye un nuevo acontecimiento. El obispo Ky dijo: «Nunca se había producido algo así. Hasta ahora expulsaban a todo el pueblo, no sólo a los miembros de una religión concreta».
El mes pasado, los terroristas atacaron a los cristianos de Débé, dándoles un ultimátum de 72 horas para que se marcharan. Esto siguió al asesinato de dos niños que fueron sorprendidos desobedeciendo la prohibición de los extremistas de ir a la escuela. El obispo declaró a la AIN que los terroristas cerraron todas las escuelas de Débé y les prohibieron continuar sus estudios.
Pero, viajando bajo la protección de un convoy militar, los alumnos hicieron un viaje de 28 millas (45 km) a Tougan para ir a la escuela. Siguieron una ruta establecida, evitando las zonas bajo control extremista. Pero dos escolares que regresaron por su cuenta de Tougan se adentraron en territorio controlado por el grupo terrorista y fueron capturados. Dijo el obispo Ky: «Los llevaron de vuelta a su pueblo y les ordenaron que abrieran la iglesia. Allí dispararon a uno de los jóvenes delante del altar y al otro delante de la imagen de la Virgen».
El obispo dijo que los estudiantes fueron asesinados por asistir a la escuela en Tougan y también por ser miembros de la tropa de scouts del pueblo, que siguió reuniéndose a pesar de haber sido prohibida por los yihadistas.
Se considera que el movimiento scout está relacionado con los Volontaires pour la Défense de la Patrie (Voluntarios para la Defensa de la Patria), una fuerza civil auxiliar creada para defenderse de los terroristas. Y añadió: «Debido a la profanación de la iglesia causada por los asesinatos de los dos jóvenes, cerramos la iglesia y trasladamos el Santísimo Sacramento a otro lugar hasta que se pueda celebrar una misa de desagravio.»
El obispo Ky relató que tres semanas después de los asesinatos, los extremistas pidieron a los cristianos que se reunieran en la iglesia de Débé, diciendo que querían que rezaran. Cuando se negaron, expulsaron a los cristianos del pueblo.
El obispo Ky añadió: «El Estado está haciendo todo lo posible para erradicar el mal y expulsar a los terroristas. Sabemos, sin embargo, que la solución no puede ser puramente militar. Damos las gracias de corazón a todos los donantes de AIN que nos apoyan y hacen posible que aliviemos los sufrimientos de la gente en esta difícil situación. Pedimos oraciones e imploramos al Señor que envíe la paz a Burkina Faso, a África Occidental y al mundo entero».
Los yihadistas controlan parte de todas las provincias de Burkina Faso, donde se imponen normas islámicas a la población local, como que las mujeres vistan trajes islámicos tradicionales. Los infractores se exponen a duras penas, incluida la muerte.
Varias ciudades y pueblos están ahora desiertos después de que los terroristas expulsaran a todos sus habitantes. Según el Consejo Noruego para los Refugiados, hay casi dos millones de desplazados internos.
