(ZENIT Noticias – Porta Luz / Madrid, 20.11.2023).- ¿Por qué sólo en los últimos años, tras décadas de larga sequía, la Iglesia ha empezado a formar exorcistas? Años atrás sólo había un puñado de exorcistas y ninguna formación oficial. Incluso en la actualidad, a pesar de que la Santa Sede ha pedido a todas las diócesis que cuenten con un exorcista, sigue habiendo países enteros sin ninguno. Además, en casi todos los seminarios sigue sin impartirse formación sobre la liberación.
Sin embargo, hoy existe una verdadera explosión de interés y muchos sacerdotes jóvenes participan en el trabajo de liberación. Antes, Satanás podía esconderse y hacer su trabajo destructivo en secreto. Esos días están desapareciendo rápidamente.
¿Por qué el cambio?
Sobre este asunto particular el sacerdote y exorcista norteamericano Stephen Rossetti argumenta en su blog que la siguiente cita -mencionada en un artículo de la Agencia Católica de Noticias- aproxima una explicación:
“El 13 de octubre de 1884, el Papa León XIII, justo después de celebrar la Misa, palideció y se desplomó como si estuviera muerto. Quienes estaban cerca corrieron a su lado. Lo encontraron vivo, pero el Pontífice parecía asustado. Entonces les relató haber tenido una visión de Satanás acercándose al trono de Dios, jactándose de que podía destruir la Iglesia.
El Señor -señaló Leon XIII- le recordó que su Iglesia era indestructible. Entonces Satanás le replicó: «Concédeme un siglo y más poder a quienes me sirvan, y yo la destruiré». Y Nuestro Señor le concedió esos 100 años”.
El siglo XX -comenta padre Rossetti- fue un siglo particularmente brutal con dos guerras mundiales y otras calamidades. «Pero ya se han cumplido los 100 años. La Iglesia no ha sido destruida. Y un creciente ejército de exorcistas, junto con una multitud de laicos llenos de fe y fervorosos, están contraatacando, por el poder de Cristo. Enfrentamos la batalla final, que culmina el fin de los 100 años. La presencia de Satanás ya no está oculta. La batalla es abierta y clara», afirma el exorcista.
El sacerdote advierte que 300 iglesias católicas han sido atacadas solo en Estados Unidos desde mayo de 2020 y el número va en aumento. Además, como exorcista ha podido confirmar -señala- como “cientos de miles de personas afirman abiertamente ser brujas, wiccanos, practicantes de ocultismo y/o satanistas. Los valores morales fundamentales están siendo desafiados abiertamente al degradarse las personas y sus familias, incluidos nuestros niños. Las estatuas del maligno demonio, Baphomet, están siendo consagradas públicamente”.
En su conclusión padre Stephen da testimonio de esta «batalla final» recordando y comentando la cita de San Pablo en el capítulo 6, versículo 12 de su Carta a los Efesios: «Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas».
Al respecto el sacerdote dice estar confiado y en paz… «“En un exorcismo, cuando escucho a los demonios, incluyendo a Baphomet, aullar y gritar tan solo al mirar un crucifijo o ser rociados con agua bendita, recuerdo que incluso los demonios más poderosos son polvo en la presencia del Hijo de Dios. El arcángel San Miguel y los ángeles fieles expulsaron a Lucifer y a sus secuaces al principio de los tiempos; y lo harán definitivamente al final. Esta vez, contarán con un poco de ayuda de sus amigos».