(ZENIT Noticias / Barcelona, 22.12.2023).- El arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, creó una nueva comisión que tiene como objetivo llevar a al famoso arquitecto a los altares para el 2026, según sus previsiones. Antoni Gaudí fue un arquitecto catalán nacido en 1852 en el seno de una familia acomodada.
De pequeño sufrió de fiebres y enfermedades que le obligaron a pasar mucho tiempo en Riudoms, en el campo, sin poder seguir las clases, pero mencionaba más tarde que la naturaleza había sido su primera maestra y en cierto sentido su inspiración posterior para realizar sus obras.
Más tarde estudió en Barcelona, en la recién creada escuela de arquitectura. Durante su carrera como arquitecto participó del movimiento artístico llamado “modernismo catalán” y colaboró con importantes profesionales de la época.
Sus biógrafos afirman que hasta esta etapa de su vida no se le conocía por ser un devoto católico o un hombre religioso, aunque sí como un hombre de bien que se preocupaba por sus trabajadores, sin embargo, con el inicio del proyecto emprendido de la Basílica de la Sagrada Familia, una nueva etapa de su vida comenzó.
Uno de los principales biógrafos de la causa, Josep Maria Tarragona, cree que cuando trabajaba en la representación de la Natividad para la fachada, “vio a la persona de Jesucristo”.
Al paso del tiempo se fueron construyendo tanto la Basílica como la fe devota de este hombre, al punto que llegó a ser tan acético que en alguna cuaresma casi desfallece por los ayunos tan rigurosos que se impuso. No fue hasta que un sacerdote le recordó que debía de continuar con su misión de construir la Basílica que dejó de ayunar tan severamente.
También se cuenta que cuando el proyecto estuvo en riesgo de bancarrota, el mismo empeñó sus ahorros y salía a las calles a pedir dinero para la construcción ya que esta siempre se financió con donaciones públicas.
En junio de 1926 sufrió un accidente fatídico al ser atropellado por un tren cuando iba de camino, como todos los días, a la Sagrada Familia.
Cuando se propuso por primera vez su causa como una posible canonización hubo poco interés y apoyo además de las dificultades con la sociedad secular catalana que no quería que la Iglesia les “quitara” a una figura nacional, para convertirla en santo.
Pero poco a poco las cosas fueron cambiando. En 2003 los obispos de Cataluña compilaron una biografía de Gaudí y la enviaron al Vaticano, en donde hubo gran interés y les contactaron rápidamente.
En 2010 Benedicto XVI exaltó la creatividad del arquitecto modernista cuando consagró la Basílica.
Desde entonces los pasos para la beatificación habían sido lentos, sin embargo, este diciembre la “positio”, o argumentario fundamental, sobre la causa de beatificación de Gaudí se ha puesto en conocimiento del Dicasterio de las Causas de los Santos quienes irán determinando el veredicto de esta causa y se espera que, si todo va en orden, el ya reconocido como venerable, pudiera llegar a la beatificación en 2026.
Cuando le preguntaban a este arquitecto que cuándo se terminaría la obra, él respondía: “mi amo no tiene prisa”. Parece que él tampoco ha tenido prisa en ser canonizado.