(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 28.12.2023).- Un equipo de veinte expertos reúne conocimientos científicos actualizados en 600 páginas en las que se recogen descubrimientos sobre el universo obtenidos en el último siglo, rompiendo el divorcio entre ciencia y religión. El libro «Dios. La ciencia. Las pruebas», superventas en Francia, defiende lo irracional ante el materialismo.
El libro suscitó un gran debate en el país galo tras ser publicado en 2021. Ha vendido un cuarto de millón de ejemplares hasta la fecha. Ha aparecido su traducción al español, donde los autores escriben sobre pruebas «más allá de la ciencia». Expone pruebas modernas de la existencia de Dios tras la tendencia de los últimos cuatro siglos, de Copérnico a Freud, pasando por Galileo y Darwin, en que los descubrimientos científicos crecieron e invitaron a explicar el universo sin necesidad de recurrir a un Dios creador.
El libro editado presenta datos desconcertantes del milagro de Fátima o del pueblo judío como pueblo elegido por Dios, capítulos que el semanario francés L’Express opina que hubieran llevado al Nobel de Física Robert W. Wilson, descubridor de la radiación de fondo cósmico junto a Arno Penzias, a no firmar el prólogo.
El ingeniero Michel-Yves Bolloré y el empresario Olivier Bonnassies, colaboradores en la publicación, comentaron a la agencia EFE: «Las demostraciones absolutas solo existen en matemáticas, pero las pruebas son muy fuertes (…). Si Dios no existe, entonces el universo no puede tener un principio y tiene que ser necesariamente eterno».
El lenguaje accesible, editado en España por Funambulista, ofrece la demostración de que el universo debió iniciar hace 13.800 millones de años y que aquella gran explosión se expande y tendrá un final, pues se dirige hacia su muerte térmica.
Los autores de un libro hablan de las teorías de Einstein, Friedmann, Gödel o Watson y Crick, descubridores éstos de la estructura del ADN. También indican el «ajuste fino» por el que, si cualquiera de los valores numéricos básicos del Universo como la fuerza de la gravedad, la electromagnética, la velocidad de la luz o la masa de un protón difirieran un 1% en un lejano decimal «el universo se hubiese visto reducido a la nada o al caos».
«Si la existencia de Dios no está presente en el debate público es porque la gente cree que es indemostrable. Y hay personas muy inteligentes que creen en él, así como otras también muy inteligentes que no creen. Pero los descubrimientos científicos de los últimos cien años han virado totalmente la cuestión», exponen los entrevistados.
«Hemos tenido muchas críticas por añadir un capítulo sobre un milagro en un libro sobre ciencia, pero, si alguien es capaz de darnos una sola explicación natural a lo que ocurrió, nosotros retiraremos el libro», afirma Bolloré, sobre la referencia al milagro de Fátima.
Es llamativo que aparezcan publicaciones de contenido religioso y tengan éxito, a pesar de que, fuera de las editoriales religiosas, hay muy pocas publicaciones sobre problemática religiosa actual. Es interesante resaltar la poca edición de novelas de actualidad religiosa, sobre todo católica. Apenas se encuentran las narraciones publicadas por Letras Libres como “Los demonios del padre Joan”, de Jaume Vives; o “El padre Elías. Un Apocalipsis”, de Michael O’Brian; así como las novelas “La puerta de Satán” y “Un camino inesperado”, de Rafael Manuel Tovar editadas en México.
La publicación reciente de la tesis «Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios» en VozdePapel, de José Carlos González-Hurtado, es un ensayo más que abre la lectura a los últimos avances en la Física y en la Cosmología, y que apuntan a la existencia de un creador. El autor recuerda: «Sólo existen dos posibilidades y necesariamente una de las alternativas es cierta y la otra no lo es. O bien Dios-Creador existe o bien no existe. No es posible tener una tercera vía, que Dios existiese, pero poquito, o tener un Dios a ratos».
En una sociedad atada al teléfono que lee menos libros en los últimos años, es bueno saber que el formato de lectura amplia contribuye a la reflexión sobre la fe.
