(ZENIT Noticias / Roma, 03.01.2024).- Vilavenut, población de Girona, en Cataluña, organiza un belén viviente desde hace 35 años. Participan un centenar de habitantes con vestidos de pastores, ángeles y reyes de oriente. Para diciembre de 2023 sin la figura de San José.
«En un inicio, solo participaban niños y el Niño Jesús era de verdad. Muchos que hacen de San José o de virgen María, hicieron de niño Jesús», explica un miembro de la organización, Anna Oliver. Con el tiempo, las actuaciones «se han ido ofreciendo a los que han tenido criaturas para la escena del nacimiento». Por eso, este 2023 participan Aina y Tina, madres de su segunda hija, Lola, la cual hace de niño Jesús en el pesebre. Todo surgió cuando les propusieron participar, aunque ninguna deseaba vestirse de varón. La decisión de eliminar a un personaje histórico de la escena la provocado fuerte polémica en la población y en otros lugares.
El escenario de Vilavenut es un gran belén viviente extendido por la población, con espacios detallados sobre las escenas bíblicas. Y ahí desaparece la figura de san José, con dos “madres de Dios” en el portal. La ideología LGTBI cambia así la historia. ¿Por antojo o por realzarse? Lo seguro es que tergiversa los hechos, con una mujer vestida de túnica azul y pañuelo blanco, y otra de verde, Aina, sentada en la silla con su hija Lola en brazos como niño Jesús.
En Capocastello di Mercogliano, aldea cerca de Nápoles, el padre Vitaliano Della Sala defendió la representación del nacimiento de Jesús en un belén también con dos madres del Niño Jesús, en lugar de María y José, comentando: “Quería mostrar con esta escena que las familias ya no son sólo las tradicionales (…). En nuestras parroquias, vemos cada vez más niños de los nuevos tipos de familias que existen y forman parte de nuestra sociedad: hijos de personas separadas y divorciadas, parejas homosexuales, personas solteras, madres jóvenes”.
El padre Della Sala simpatiza con las causas LGBT y con visión de izquierda. Asegura trabajar pastoralmente según la línea del Papa Francisco, quien hace poco permitió a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo.
La inclinación de algunos católicos sobre la ideología LGTBI crea desconcierto. El senador Maurizio Gasparri, del partido Forza Italia, señaló que este tipo de acciones «ofende a todos aquellos que siempre tuvieron respeto y devoción por la Sagrada Familia».
El grupo Pro-Vita & Famiglia calificó este escenario como “peligroso, además de vergonzoso y blasfemo”. Y pidió la intervención del obispo de Avellino, señalando que el belén contradice las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, la legitimaba de la paternidad y la maternidad subrogada entre personas del mismo sexo. Son ya 21.000 firmantes que se han unido a la petición, que no viene de posiciones políticas, sino de fidelidad al Evangelio y a la Historia.
