(ZENIT Noticias / Roma, 09.04.2024).- Un aspecto prácticamente desconocido de Michael Jackson era su fe. Era admirador de Juan Pablo II, como aparece en la nueva película de Liana Marabini, «Un regalo de Dios». La película narra siete años de la vida del Rey del Pop, de 1982 a 1989: la época de Thriller, Billie Jean, Bad y otros grandes éxitos.
Michael Jackson, cristiano, era originalmente Testigo de Jehová, que era la fe de su madre. Enamorado de la Biblia, que se sabía de memoria, la regalaba a quienes trabajaban con él y les enseñaba a rezar: el cineasta recogió varios testimonios de antiguos colaboradores de Jackson a este respecto.
Cuando el artista abandonó a los Testigos de Jehová, demasiado inflexibles y críticos con su arte, inició una búsqueda espiritual personal que le llevó a estudiar la Torá, el Corán y las filosofías orientales, en busca de otro camino espiritual, un bálsamo para su alma.
En 1987, durante una gira de «Bad» en Roma, descubre la belleza de la liturgia católica, atraído en el interior de una iglesia romana por el Ave María de Schubert que allí se cantaba, e inicia un viaje hacia esta religión. Queda fascinado por la figura de Juan Pablo II, al que llama «Faro de luz y esperanza para la humanidad» y al que dedica un bello retrato (porque Jackson también era muy buen pintor), retrato que el director utilizó en la película.
«A Gift from God» relata también el amor no correspondido de Michael Jackson por Diana Ross y el sufrimiento del gran artista por el vitíligo que le oprimió hasta el final de su vida y blanqueó su piel, siempre mal interpretada por la prensa y los detractores.
La película, rodada entre Los Ángeles y el sur de Francia, está protagonizada por el joven actor italoamericano Joshua Uziel Consigli en el papel de Michael. Será estrenada en mayo de 2024 en Cannes.
Otros actores son Carin McDonald como Katherine, la madre de Michael; Damon Pittman como su padre; Claudia di Candia como Elizabeth Taylor, la princesa Maria Pia Ruspoli como la psicóloga, Kim Boulukos como Grace y otros.
El director y el actor principal dan vida al gran artista con sensibilidad y respeto, deseosos de mostrar el aspecto espiritual de este hombre tan especial, que pasó gran parte de su vida sufriendo, pero que tanta belleza, armonía y alegría dio a la gente; que fue falsamente acusado, pero afortunadamente absuelto en todos los casos. Por desgracia, todo el mundo recuerda la acusación, pero pocos la absolución.
Además de ser un homenaje al gran artista, esta película servirá también para refrescar la memoria y rehabilitar la figura de Michael Jackson.
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