(ZENIT Noticias / Damasco, 04.05.2024).- Quince familias cristianas sirias están preparadas para reanudar sus vidas en un suburbio de Damasco devastado por la guerra civil, gracias a los trabajos de reconstrucción apoyados por una organización benéfica católica.
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha ayudado a reconstruir las casas familiares en Darayya, en el suroeste de Siria – notable por su histórica presencia cristiana – permitiendo a los feligreses regresar a la ciudad devastada por los enfrentamientos entre el gobierno y los grupos insurgentes.
La iglesia greco-católica melquita de San Pablo ha sido reconstruida, pero la mayoría de los fieles aún no han regresado, según el ex párroco de Darayya, el padre Georges Jbeil, director financiero de la archidiócesis melquita de Damasco.
El padre Jbeil dijo a ACN: «No muchos [feligreses] han regresado todavía, por lo que todavía no hay servicios en la iglesia».
Darayya se convirtió en el centro del levantamiento contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad en 2012, lo que provocó intensos combates y obligó a la mayoría de sus 300.000 habitantes a huir.
Cuando el gobierno negoció un alto el fuego con los grupos rebeldes en 2016, el 90 por ciento de la ciudad había sido destruida, muchas iglesias de la zona habían sido vandalizadas y se habían robado íconos.
Muchas de las 150 familias cristianas que vivían en el suburbio se mudaron a pueblos cercanos o emigraron a otros países.
Algunas tradiciones cristianas sostienen que la conversión del apóstol San Pablo tuvo lugar cerca de Darayya en su camino a Damasco, destacando la importancia de preservar la presencia cristiana en la región.
Marco Mencaglia, director de proyectos de ACN, afirma que la mayoría de las casas cristianas fueron arrasadas durante la guerra.
Explicó: “Aquellos cuyas casas no han sido completamente destruidas anhelan regresar a Darayya. Sin embargo, la mayoría de ellos carece de los medios para reconstruirlos o renovarlos».
El padre Jbeil afirmó: “Estamos muy agradecidos a ACN por la ayuda. Gracias a vuestro cariño, 15 familias pronto podrán regresar a sus hogares y volver a llenar de vida la parroquia”. Y concluyó: “La luz de la fe y el testimonio del Evangelio pueden volver a brillar”.
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