(ZENIT Noticias / Roma, 06.05.2024).- Uno de los llamamientos más insistentes del Papa en este último periodo de su pontificado ha sido el de la adoración a Cristo Eucaristía. En este contexto deben leerse dos decisiones recientes: la convocatoria del año dedicado a la oración, antes del Jubileo 2025, y el anuncio de que se retoma para este 2024 la procesión del Corpus Christi en la diócesis de la que el Papa es obispo: Roma.
En efecto, tras años sin hacerlo, Papa Francisco presidirá la santa misa el domingo 2 de junio en la catedral de san Juan de Letrán y posteriormente encabezará la procesión del Corpus Christi hasta la basílica de santa María la mayor, donde concluirá la adoración con la bendición eucarística. También del ámbito de la oración es la petición que el Papa encomendó a los católicos de todo el mundo para el mes de mayo: Francisco pidió rezar por la formación de los religiosos, religiosas y seminaristas.
Otro anuncio importante en la agenda a corto plazo del Papa Francisco es la histórica participación de un Papa en una Cumbre del G7.
El G7 es una asociación económica y política de 7 de las economías mundiales más industrializadas: Reino Unido, Japón, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá y Alemania, a quienes se suma la Unión Europea. Juntos concentran el 58% de la riqueza global del planeta. Del 13 al 15 de junio de 2024 tendrán en la ciudad italiana de Fasano, en Apulia, el Summit número 50, en la que abordarán temas como el de Inteligencia Artificial. Fue la primera ministra de Italia (y presidenta en turno del G7) quien anunció que el Papa Francisco participará en esa cumbre para arrojar aportaciones precisamente sobre el tema de la Inteligencia Artificial. A ese tema el Papa ha dedicado dos documentos magisteriales: el Mensaje para la Jornada Mundial por la paz de 2024 y el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2024. Varios dicasterios u organismos de la Santa Sede han estado abordando y profundizando este tema de modo específico: es el caso de la Pontificia Academia para la Vida y la iniciativa Fundación RenAIssance.
La agenda del Papa estuvo saturada esta semana pasada. Francisco se hizo presente entre 200 párrocos procedentes de todo el mundo. Esos sacerdotes se encontraban en Roma a raíz de un congreso que buscó recoger su experiencia de cara al próximo sínodo sobre la sinodalidad de octubre 2024 (la segunda parte). No es un secreto el hecho de que los sacerdotes en general son quienes menos se han involucrado en ese proceso. Por esa razón desde el Dicasterio para Clero y la Secretaría General del Sínodo de los Obispos han querido provocar su interacción. Uno de esos días, el último, el Papa les recibió en el Vaticano. Habló con ellos en el Aula Nueva del Sínodo, y firmó una carta dirigida a los párrocos donde les pide ser “misioneros de sinodalidad” (bueno, también les deja tres consignas “para inspirar el estilo de vida y de acción de los pastores”). Unos días después el Papa se encontró en Roma con un numeroso grupo de sacerdotes de su propia diócesis.
El tema del sínodo también estuvo presente en la audiencia concedida a líderes de la Iglesia anglicana que por primera vez tuvieron su encuentro mundial en Roma. Ante todo, Francisco fue sincero con ellos y reconoció que el tema del primado del Papa es algo que no suscita aceptación (no olvidemos que los anglicanos se separaron de la comunión con el Papa cuando el Papa Clemente VII no aceptó reconocer la nulidad matrimonial entre Enrique VIII de Inglaterra y Catalina de Aragón, hija de los reyes católicos. Enrique VIII se autoproclamó cabeza de la Iglesia de Inglaterra y mantendría posteriormente muchos otros amoríos con otras mujeres). En su discurso, el Papa abrió a la posibilidad de que los anglicanos enriquezcan el sínodo sobre la sinodalidad en el contexto de una mejor comprensión del primado del Papa.
Días antes, el locuaz prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe anunció que el Dicasterio que preside está trabajando en un nuevo documento que sirva de brújula para discernir sobre apariciones marianas. A nivel internacional fueron noticias eclesiales la decisión del Tribunal Supremo de Brasil de permitir que las monjas aparezcan con velo en documentos oficiales, el hecho de que a pocos meses de elecciones Biden goza sólo de un 35% de aprobación entre los católicos estadounidenses y que la arquidiócesis de Ciudad de México pidió a sus sacerdotes no pronunciarse sobre temas de política que puedan suponer inducir votos. La medida se comprende pues hace algunas años se fue a la caza de varios sacerdotes, un obispo y un cardenal por hablar claro sobre MORENA, el partido del actual presidente de México.
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