(ZENIT Noticias / Roma, 04.06.2024).- “Nuestra Querida Amazonia necesita realmente una sobreabundancia de compromiso, sobre todo teniendo en cuenta la sobreabundancia de violencia que aún hoy vive la región. Nos corresponde a nosotros, como comunidad internacional, asumir el desafío”. Con esta invitación dirigida a la comunidad internacional, el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo, abrió la reunión de presentación de las Actas de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, celebrada el martes 4 de junio por la tarde en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Mientras la Iglesia celebra un Sínodo centrado en la escucha de sus fieles, el cardenal Grech recordó que “incluso en política internacional, una escucha verdadera, que tome en serio los miedos, las angustias, los deseos y las esperanzas de los individuos y de las comunidades, puede llegar a ser generadora de soluciones creativas y sanas para el bien común de toda la comunidad internacional”.
La reunión, a la que asistieron numerosos embajadores y líderes de organizaciones comprometidas con cuestiones medioambientales y/o la protección de los pueblos indígenas de la Amazonia, incluyó discursos del card. Michael Czerny S.J., Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Integral, el card. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, y la hna. Laura Vicuña, respectivamente Presidente y Vicepresidenta de la Conferencia Eclesial Amazónica (CEAMA) – organismo resultante de la Asamblea Especial – y la de la activista indígena Yesica Patiachi, Vicepresidenta de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM). Las conclusiones fueron confiadas a Fatouma Seid, Subdirectora de la División de Asociaciones y Colaboraciones con las Naciones Unidas de la FAO, Jyotsna Puri, Vicepresidenta Adjunta del Departamento de Estrategia y Conocimiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), y mons. Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Misión Permanente de la Santa Sede ante la FAO.
En su discurso de saludo, el Director General de la FAO, Qu Dongyu recordó la labor que el Organismo Internacional realiza en la región «Nuestro trabajo con los pueblos indígenas de la región panamazónica está ayudando a mejorar la sostenibilidad, la seguridad alimentaria, el clima y el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad, incluso a través de la Iniciativa de Restauración Biocéntrica de los Pueblos Indígenas, que reconoce a los pueblos indígenas como custodios de la biodiversidad y la protección in in situ». El director de la FAO reconoce, sin embargo, que a pesar de los grandes esfuerzos, «los pueblos indígenas siguen experimentando un mayor porcentaje de inseguridad alimentaria que el resto de la población». Recordando entonces las buenas relaciones con la Santa Sede y en particular con el Papa Francisco por apoyar la misión de la FAO «que subraya nuestra convicción común de que el derecho a la alimentación es un derecho humano fundamental y que debemos trabajar juntos», Qu Dongyu cerró su intervención recordando «que todos somos pueblos indígenas en este pequeño planeta. Como siempre han dicho nuestros antepasados, somos aún tan jóvenes en este planeta, así que sigamos trabajando juntos como un solo planeta para para que podamos llamarlo realmente nuestra casa común».
Por su parte, el cardenal Czerny recordó cómo el Sínodo sobre la Amazonia marcó el inicio de una nueva e importante etapa en un camino compartido: “Nuevas redes e iniciativas, inspiradas en el proceso eclesial en torno al bioma amazónico, están surgiendo en otros territorios como la cuenca del Congo, el corredor biológico mesoamericano, el bioma Asia-Pacífico, etc…”, y continuó “sabemos que la renovación puede venir de la periferia La Amazonia es un lugar privilegiado donde la vida se expresa y donde Dios mismo se hace presente. Esta querida Amazonia es una llamada al compromiso y una elocuente expresión de esperanza para el futuro del mundo. Del mismo modo que la Amazonia, rica en biodiversidad, desempeña un papel vital en la salud del planeta, una Iglesia con rostro amazónico llama a la Iglesia en general y a toda la sociedad a la conversión. El futuro de la Amazonia está en juego, porque sin ella, todo el planeta está en peligro. Más tarde, será demasiado tarde”.
El cardenal Pedro Ricardo Barreto SJ saludó la iniciativa acogida por la agencia de la ONU “Es un signo de comunión entre los gobiernos y la Iglesia Católica para actuar juntos por el bien común y promover la esperanza de una vida digna y saludable para todos los que viven en la querida Amazonia.” A continuación, recordó cómo el CEAMA ya ha logrado avances significativos en la promoción de una ecología integral y en la defensa de los derechos de los pueblos amazónicos. “Sin embargo, los desafíos siguen siendo importantes y requieren un esfuerzo constante y coordinado.”
La hna. Laura Vicuña, recordó cómo “la vida de los pueblos nativos y amazónicos se basa en el hilo conductor y la centralidad de la tierra y el territorio como espacio de vida plena, de soberanía alimentaria, que se ve seriamente amenazada por los innumerables proyectos de muerte presentes hoy en la Amazonia y que comprometen toda la vida del planeta.” Para el Vicepresidente del CEAMA, es especialmente importante que la Iglesia siga incondicionalmente comprometida con la vida de los pueblos y de la madre tierra en la Amazonia. El camino se hace al andar. No tenemos una respuesta definitiva para todo, lo importante es permanecer en el camino.
Por último, Yesica Patiachi, denunció el actual modelo de desarrollo que está detrás de la deforestación de la Amazonia y el silencio de muchos ante la matanza de indígenas en defensa de su territorio. El vínculo entre el ecosistema amazónico, los pueblos indígenas y la seguridad alimentaria es, para la activista indígena, indisoluble: «no hay bosque sin pueblos indígenas y no puede haber seguridad alimentaria sin bosque».
Para concluir la reunión, mons. Fernando Chica Arellano hizo hincapié en la necesidad de seguir trabajando juntos. “Esta tarde, entre todos, hemos puesto de manifiesto lo que significa trabajar juntos. En la hodierna coyuntura, tan saturada de tensiones y polarizaciones, el vocablo «juntos» refleja un estilo de actuación que ha de potenciarse. Es un estilo sencillo, pero que, como todas las cosas sencillas, encierra una autentica verdad, a saber: la urgencia de vigorizar el multilateralismo, la obligatoriedad de aplicar siempre el principio de subsidiariedad y la exhortación a permitir la participación convencida de todos. Trabajar ‘junto’ destierra la cultura de la indiferencia y del descarte, fomentando, en cambio, la necesaria unidad de propósitos que debe animarmos para afrontar los desafíos de la hora presente y transformar las crisis actuales en fecundas oportunidades”.
La Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panasiática se celebró en octubre de 2019 y alcanzó, en su fase preparatoria, a unas 87.000 personas de ocho países y un territorio de ultramar (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Venezuela, Surinam y Guayana Francesa). Las actas de esta asamblea eclesial fueron publicadas por la Libreria Editrice Vaticana.
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