(ZENIT Noticias / Roma, 18.06.2024).- El Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos respondió a una consulta del obispo de la arquidiócesis australiana de Melbourne, monseñor Peter A. Comensoli, pidiendo una dispensa para poder celebrar en la catedral la misa con el Misal de antes de 1962. Mediante una carta firmada por el obispo Vittorio Francesco Viola, secretario del Dicasterio, se le concede una dispensa: “(…) a las iglesias parroquiales de San Miguel y San Felipe por un período de dos años. Si, transcurrido este plazo, desea renovar el permiso, deberá enviarnos otra relatio junto con su solicitud”.
Sin embargo, la dispensa para la catedral no se le concede: “Aunque reconocemos que la Misa según el Missale Romanum de 1962 se ha celebrado en la Iglesia Catedral durante algún tiempo, nos vemos, no obstante, obligados a denegar esta petición”.
La razón aducida es que “no parece oportuno que la liturgia antecedente se celebre en el lugar que debe servir de ejemplo para la vida litúrgica de toda la diócesis. La Catedral es el primer lugar donde la celebración de la liturgia debe utilizar los libros litúrgicos actuales, que constituyen la expresión única de la lex orandi del Rito Romano”.
Con relación a la dispensa en las dos primeras parroquias, se le exige que, pasados dos años, en caso de querer renovar, debe presentar una nueva relación, y para “Esta relatio deberá contener detalles sobre el número de participantes en estas Misas y también deberá relatar los pasos que se han dado para conducir a los fieles apegados a la liturgia antecedente hacia la celebración de la liturgia según los libros litúrgicos reformados por decreto del Concilio Vaticano II, y que forman la expresión única de la lex orandi del Rito Romano”.
Ofrecemos a continuación el texto completo de la carta de respuesta traducido por ZENIT al español:
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Su Excelencia,
El Dicasterio ha recibido su carta del 27 de junio de 2023, en la que nos informa sobre las medidas que se han tomado en su diócesis para aplicar el Motu proprio Traditionis custodes. Además, durante su visita a nuestras oficinas el 24 de enero, pudo proporcionarnos más detalles, por lo que le estamos muy agradecidos. Es evidente que usted ha procurado que la Iglesia local de Melbourne observe las orientaciones establecidas por el Santo Padre para la Iglesia universal. Usted ha solicitado que se apliquen una serie de dispensas al art. 3 § 2 del Motu proprio para que la Misa según el Missale Romanum de 1962 pueda seguir celebrándose en las iglesias parroquiales de San Miguel en North Melbourne y de San Felipe en Blackburn North, así como en la Iglesia Catedral de St. Patrick SU en East Melbourne.
Tras un atento estudio de las razones pastorales expuestas por Su Excelencia, le enviamos ahora el decreto por el que se concede la dispensa a las iglesias parroquiales de San Miguel y San Felipe por un período de dos años. Si, transcurrido este plazo, desea renovar el permiso, deberá enviarnos otra relatio junto con su solicitud. Esta relatio deberá contener detalles sobre el número de participantes en estas Misas y también deberá relatar los pasos que se han dado para conducir a los fieles apegados a la liturgia antecedente hacia la celebración de la liturgia según los libros litúrgicos reformados por decreto del Concilio Vaticano II, y que forman la expresión única de la lex orandi del Rito Romano. La Carta apostólica “Desiderio desideravi” del Santo Padre sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios debería ser de gran ayuda en esta tarea; de hecho, nos ha alegrado oír durante vuestra visita que ya habéis celebrado un seminario para vuestro clero sobre este importante documento.
Aunque reconocemos que la Misa según el Missale Romanum de 1962 se ha celebrado en la Iglesia Catedral durante algún tiempo, nos vemos, no obstante, obligados a denegar esta petición. Ahora es oportuno que la dirección establecida por el Santo Padre sea seguida con cuidado en este caso particular.
Nos limitamos a recordar a Su Excelencia todo lo que se dice en los nn. 42-54 del “Caeremoniale episcoporum” sobre la importancia de la Iglesia Catedral, así como en los nn. 119ss sobre la Misa Estacional del Obispo Diocesano. Ésta se describe como «la manifestación preeminente de la Iglesia local […] cuando el Obispo, como sumo sacerdote de su rebaño, celebra la Eucaristía y particularmente cuando la celebra en la Catedral, rodeado por su colegio de presbíteros y por sus ministros, y con la plena y activa participación de todo el pueblo santo de Dios». Por tanto, no parece oportuno que la liturgia antecedente se celebre en el lugar que debe servir de ejemplo para la vida litúrgica de toda la diócesis. La Catedral es el primer lugar donde la celebración de la liturgia debe utilizar los libros litúrgicos actuales, que constituyen la expresión única de la lex orandi del Rito Romano.
Una posible solución para los fieles que asisten a esta Misa en la Iglesia Catedral, y un paso más en el camino indicado por el Santo Padre, sería que se celebrara para ellos la Misa, en latín, según el Missale Romanum editio typica tertia (2008) en el mismo altar donde actualmente se celebra la Misa según el Missale Romanum de 1962. Esto sería un signo concreto de su deseo de abrazar plenamente la única lex orandi del Rito Romano y una oportunidad para que usted, como liturgista principal de la diócesis, junto con el clero parroquial, garantice una catequesis y una formación exhaustivas sobre la profundidad espiritual y la riqueza del Misal renovado.
Si esta sugerencia no resulta aceptable para este grupo, y si no hay otras iglesias no parroquiales que sean un lugar adecuado para celebrar esta Misa, entonces, a petición suya, podemos autorizar el uso de otra iglesia parroquial en la ciudad de Melbourne que pueda servir como lugar para la celebración de la Misa según el Missale Romanum de 1962.
Agradecemos a Su Excelencia los pasos que está dando para asegurar la correcta aplicación del Motu proprio, y reconocemos los retos que conlleva esta tarea. Sin embargo, en su carta a los Obispos de todo el mundo con ocasión de la publicación de la Traditionis custodes, el Santo Padre, en el ejercicio de su ministerio al servicio de la unidad, suspendiendo la facultad concedida por sus predecesores, pidió a cada Obispo que compartiera con él «esta carga como forma de participación en la solicitud por toda la Iglesia propia de los Obispos». Le aseguramos que estamos a su disposición para cualquier otra solicitud al respecto.
Con todo mi afecto y buenos deseos, le saluda,
Fraternalmente suyo en Cristo, Vittorio Francesco Viola
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