(ZENIT Noticias / Roma, 04.07.2024).- El Papa Francisco se reunió por la tarde del martes 2 de julio con un grupo de migrantes en la Casa Santa Marta, continuando con una tradición de encuentros para infundir esperanza y humanidad. Aunque no es la primera vez que el pontífice realiza este tipo de reuniones, cada una de ellas representa un momento especial.
Entre los migrantes presentes, destacaron dos jóvenes: Ibrahim Lo, originario de Senegal, y Ebrima Kuyateh, de Gambia. Ambos recorrieron un arduo camino a través de Libia para llegar a Europa. Ibrahim es autor de dos libros, «Pane e acqua. Dal Senegal all’Italia passando per Libia» («Pan y Agua. Del Senegal a Italia pasando por Libia») y «La mia voce. Dalle rive dell’Africa alle strade dell’Europa» («Mi Voz. Desde las Orillas de África a las Calles de Europa»). Por su parte, Ebrima ha plasmado su travesía en «Io i miei piedi nudi» («Yo, Mis Pies Descalzos»), con un prefacio del Arzobispo de Modena-Nonantola, Erio Castellucci, y un epílogo de Stefano Croci, director de Migrantes.
El encuentro fue organizado por el padre Mattia Ferrari, quien describió al Papa Francisco como un «padre» y «pastor de todos». El grupo incluía también a Stefano Croci, Giulia Bassoli, voluntaria de Migrantes Carpi; Luca Casarini, fundador y líder de la misión Mediterranea Saving Humans; y la hermana Adriana Dominici, una consagrada del Spin Time Labs en Roma.
Durante la reunión, el Papa Francisco escuchó atentamente las historias de los migrantes, agradeciendo a todos por sus vivencias y esfuerzos. Entre los relatos compartidos estuvo el de Pato, quien ya había conocido al Papa en noviembre de 2023. La desgarradora historia de Pato, cuya esposa Fati y su hija Marie murieron de sed al cruzar el desierto, conmovió profundamente a la audiencia.
A pesar de las experiencias infernales que muchos migrantes han vivido, estos encuentros también están llenos de relatos de esperanza. El padre Mattia subrayó que la bienvenida y el rescate que estos jóvenes han recibido son testimonios de que, tanto en el mar como en tierra, «cuando rescatamos o acogemos a los pobres y migrantes, son ellos quienes nos están salvando». En el amor y la fraternidad compartida con los más vulnerables, se encuentra una verdadera salvación.
El Papa Francisco alentó a los migrantes a seguir adelante, destacando la importancia de sus historias y su valentía. Estos encuentros no solo ofrecen consuelo a los migrantes, sino que también sirven como un poderoso recordatorio de la humanidad compartida y la necesidad de solidaridad global.
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