Los líderes de la Orden niegan cualquier acto indebido

Los líderes de la Orden niegan cualquier acto indebido Foto: Acción Litúrgica

Congregación tradicionalista católica irá a juicio contra obispo por haberles expulsado de su diócesis

Un conflicto legal se desata tras la expulsión de la Orden religiosa por el obispo local, siguiendo una investigación vaticana.

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(ZENIT Noticias / Christchurch, 06.08.2024).- Los líderes de la Orden religiosa Hijos del Santísimo Redentor han iniciado acciones legales tras ser expulsados de la diócesis católica de Christchurch. Esta medida fue adoptada por el obispo Michael Gielen, siguiendo las recomendaciones de una investigación vaticana que examinó denuncias de abuso y exorcismos no autorizados.

El mes pasado, una investigación vaticana, conocida como «visita apostólica», concluyó con la recomendación de prohibir a la Orden realizar misas en la diócesis y de ordenar su salida del territorio. A pesar de la confidencialidad de los hallazgos, las repercusiones para la Orden han sido significativas, generando un conflicto con el obispo Gielen, quien ha seguido las indicaciones del Vaticano.

Los líderes de la Orden niegan cualquier acto indebido y acusan a Gielen de violar el derecho canónico al ordenar la expulsión de sus miembros profesos, argumentando que no todos ellos estaban involucrados en las acusaciones. Su abogado canónico ha solicitado formalmente al obispo que revoque su decisión. En caso de que esta petición sea desestimada, planean llevar el caso ante el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, y eventualmente, al Tribunal Supremo de la Iglesia Católica, el Tribunal Apostólico de la Signatura Apostólica.

Un portavoz de Gielen explicó que, aunque el obispo podría haber ignorado las recomendaciones vaticanas, decidió seguirlas. Se espera que Gielen responda a la petición de la Orden en las próximas semanas.

Mientras tanto, la Orden continúa en la diócesis, supuestamente celebrando misas privadas que atraen a miembros no invitados del público. Gielen les ha dado un plazo de 90 días, hasta principios de octubre, para abandonar la diócesis. Sin embargo, trasladarse a otra diócesis requeriría el permiso del obispo local, algo que la Orden no considerará hasta que finalicen las acciones legales.

Dejar la diócesis no solo significaría abandonar una comunidad de católicos compremetidos, sino también propiedades con un valor catastral colectivo de 4,5 millones de dólares. Existe la posibilidad de que el grupo se niegue a seguir la directiva de Gielen, lo que podría desencadenar medidas adicionales por parte de la Iglesia. La comunidad de la Orden teme ser «efectivamente deportada» si no encuentran otro lugar de acogida.

A pesar de las tensiones, los Hijos del Santísimo Redentor continúan reuniéndose en su propiedad en Rutland St. Según informes, la semana pasada se celebró una misa, aunque no está claro si se trató del rito latino tradicional. El portavoz de la Orden afirmó que están cooperando con el obispo, aunque no pueden evitar que los feligreses asistan a las misas privadas.

«Estamos viviendo en una zona gris en este momento», comentó el portavoz, reflejando la incertidumbre y el desafío que enfrenta la Orden en su lucha por permanecer en la diócesis de Christchurch.

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Elizabeth Owens

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