(ZENIT Noticias / Paterson, 17.08.2024).- La diócesis católica de Paterson ha emprendido una batalla legal contra el Departamento de Estado de los Estados Unidos, presentando una demanda ante el Tribunal de Distrito para Nueva Jersey. Esta acción, que cuenta con el respaldo de cinco sacerdotes procedentes de Colombia y Filipinas, se centra en los cambios recientes en las normas de tramitación de visados, los cuales, según los demandantes, amenazan la capacidad de los religiosos para ejercer su ministerio en el país.
En abril de 2023, se implementó una modificación a la Ley de Inmigración y Nacionalidad que ha generado un caos en la tramitación de visas para los trabajadores religiosos. La nueva política agrupa a los «jóvenes inmigrantes especiales» en la misma categoría de inmigración que aquellos con visas de trabajadores religiosos, lo que ha añadido alrededor de 100.000 personas a una categoría que ya tenía un límite anual de 10.000 tarjetas verdes. Este cambio, para el cual el gobierno no ha ofrecido una explicación clara, ha provocado un retraso significativo en el procesamiento de las solicitudes de residencia permanente.
Antes de esta modificación, los sacerdotes que ingresaban a los Estados Unidos con una visa R-1 podían solicitar la residencia permanente con la expectativa de obtener su tarjeta verde en un plazo de 18 meses. Sin embargo, ahora enfrentan la posibilidad de esperar hasta 15 años, lo que les obliga a abandonar el país cuando expiren sus visas temporales, y regresar después de un año con una nueva R-1.
Este retraso amenaza con generar serios problemas para muchas diócesis en Estados Unidos, que dependen en gran medida de sacerdotes nacidos en el extranjero para mantener el funcionamiento de sus parroquias y ministerios. La diócesis de Paterson y los sacerdotes demandantes argumentan que, de no resolverse esta situación, muchas parroquias podrían quedarse sin atención pastoral cuando los sacerdotes se vean obligados a abandonar el país al vencerse sus visas.
En junio de 2024, durante la asamblea plenaria de la conferencia de obispos de Estados Unidos, el obispo Mark Seitz de El Paso destacó que el retraso en la tramitación de visas es una preocupación creciente. Según Seitz, esta situación es insostenible y ya ha comenzado a afectar a algunas diócesis, que se ven obligadas a despedirse de sus sacerdotes al expirar sus visas. El obispo también señaló que, aunque el comité de migración está comprometido en buscar soluciones a través del gobierno, en última instancia, sólo el Congreso puede ofrecer una solución definitiva a este problema.
El Departamento de Estado, en respuesta a las críticas, ha reconocido que el cambio de política ha provocado largas esperas para los trabajadores religiosos, pero insiste en que sólo el Congreso tiene el poder de corregir el desequilibrio creado entre la oferta limitada de visas y la creciente demanda. Esta situación ha puesto en jaque a numerosas diócesis en todo el país, especialmente en un contexto donde casi el 38% de los sacerdotes ordenados recientemente en Estados Unidos son de origen extranjero.
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