(ZENIT Noticias / Viena, 27.08.2024).- El Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC Europe), con sede en Viena, ha revelado un preocupante aumento de las persecuciones contra los cristianos en el continente europeo, destacando la necesidad urgente de mayores medidas de protección. Esta advertencia se hizo pública coincidiendo con la Jornada Internacional en Memoria de las Víctimas de Violencia por Odio a la Fe, celebrada el 22 de agosto.
El informe anual 2022/23 del OIDAC Europe ha señalado un incremento del 44% en los crímenes de odio contra los cristianos, con un total de 749 incidentes registrados, la mayoría de los cuales consistieron en actos de vandalismo e incendios provocados. Sin embargo, lo más inquietante es el creciente número de ataques violentos contra individuos, una tendencia que el director ejecutivo de la organización, Anja Hoffmann, calificó como «preocupante». Hoffmann subrayó que estos datos a menudo pasan desapercibidos, una situación que, según ella, agrava el riesgo para las comunidades cristianas.
El Observatorio documentó, a principios de 2024, 25 casos de violencia, amenazas e intentos de asesinato contra cristianos en países como Reino Unido, Francia, España, Italia, Alemania, Austria, Polonia y Serbia. Un caso particularmente impactante ocurrió en junio de este año en Dijon, Francia, cuando una iglesia adventista del séptimo día fue atacada con gas lacrimógeno durante un servicio religioso, provocando pánico y dejando a nueve personas heridas.
Dentro de la comunidad cristiana, Hoffmann destacó a los convertidos del Islam como un grupo especialmente vulnerable, ya que son frecuentemente etiquetados como «apóstatas», lo que los convierte en objetivos de ataques. Un ejemplo citado es el de Javed Nouri, un musulmán convertido al cristianismo en el Reino Unido, quien fue víctima de un intento de asesinato por parte de un hombre que lo consideraba merecedor de la muerte por su cambio de fe.
Hoffmann hizo un llamado enérgico a los gobiernos europeos para que tomen medidas concretas para proteger a los cristianos, especialmente a aquellos de origen musulmán que enfrentan un riesgo elevado de ataques. Subrayó que el derecho a la conversión es un pilar fundamental de la libertad religiosa, y que los Estados deben garantizar la seguridad de quienes ejercen este derecho.
Respondiendo a la creciente violencia, el obispo Bertram Meier de Augusta, presidente de la Comisión Episcopal Alemana para la Iglesia Universal, expresó su preocupación en un comunicado el 22 de agosto. Meier lamentó que no se esté haciendo lo suficiente para contrarrestar este preocupante fenómeno y enfatizó la necesidad de que gobiernos y comunidades religiosas asuman mayores responsabilidades y colaboren para frenar la escalada de violencia religiosa.
Meier concluyó afirmando que todos los Estados tienen la obligación de combatir las violaciones de los derechos humanos, incluida la libertad religiosa, advirtiendo que donde estos derechos no se protegen adecuadamente, la discriminación y la violencia, especialmente contra las minorías religiosas, son inevitables.
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