(ZENIT Noticias / Valladolid, 01.09.2024).- No le tiembla la voz cuando habla, es sonriente hasta telefónicamente: este sacerdote de 87 años, tan querido en Castilla y León, de manera especial en Valladolid, es Doctor en Teología y no solo esto, sino que además ha sido Juez del Tribunal Eclesiástico. Con gran orgullo reconoce ser miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, fundada por San José María Escrivá (Opus Dei), pero matiza con mucha claridad y firmeza: “es la misma vocación, pero distintas circunstancias, dependemos del obispo directamente”.
Este sacerdote que cuenta con una dilatada experiencia en su ministerio ha querido recordar de manera especial que los sacerdotes deben de conquistar a la juventud, tantas veces olvidada y duramente señalada. Para este sacerdote es importante crear puentes de conexión con la juventud, la cual en realidad tiene sed de Dios, aunque aún no lo sepan.
Sacerdote de más de 3 horas de confesionario, así se describe él, habiendo pasado por parroquias como Villaoliva de la Peña, Ampudia y Grijota, hasta su salto a Valladolid, donde fue conquistando el corazón de multitud de familias y jóvenes de manera especial, a los que siempre ha tratado con especial cariño y admiración.
La parroquia de San Vicente de Paúl, marcaría un antes y un después en su vida, donde aprendió que la felicidad del sacerdocio es darse con alegría a los demás, hasta su paso tan lleno de cariño y recuerdos entrañables por la que fuese la parroquia del colegio del Sagrado Corazón de Jesús (Anunciata), hasta el lugar donde se mantuvo hasta su jubilación hace ya 7 años: La Parroquia de San Lorenzo, que además es la Patrona de Valladolid y a la que tanto cariño tiene.
Escritor de múltiples libros y convencido de transformar la juventud con mucho amor: “como haría Jesús”
Si algo le ha faltado a este sacerdote Palentino, es falta de tiempo: ha escrito tres tomos de los libros litúrgicos al que ha titulado “Evangelio”, también escritor del libro apasionante “10 años junto a la Virgen de San Lorenzo” y el “Hijo que pudo escoger Madre”
“No me esperaba haber escrito estos libros nunca, me ha supuesto mucho trabajo, no domino mucho el ordenador. Lo he escrito con el móvil que estoy fíjate que más acostumbrado”, dice entre sonrisas, en conversaciones con ZENIT.
No obstante, reconoce haber tenido miedo a herir sensibilidades o meter la pata y por ello ha optado por escribir siempre de manera sencilla y para que llegue a todas las personas, tal es así que desde hace 6 años empezó a escribir comentarios sobre el Evangelio en la parroquia virtual que ha creado y que ya les llega a más de 3.000 personas de manera diaria.
Un sacerdote “muy de pueblo” al que le han dedicado una calle en su amado pueblo Cervatos de la Cueva (Palencia)
“Mi pasión siempre fue ser sacerdote de pueblo, nunca pensé dejar Palencia, pero el Señor me tenía otros planes en Valladolid”, dice este sacerdote recordando con gran amor todo su paso por los pueblos donde fue creando vínculos amistosos con todo aquél al que se acercaba y compartía tiempo.
En conversaciones con ZENIT no ha faltado alguna que otra emoción, pues recuerda con gran amor a tantas personas que le han ido dejando huella en su corazón y de manera especial a los que ya no están y le esperan en el cielo. No se olvida de los esfuerzos que tuvo que hacer para levantar corazones y acercarlos al amor de un Dios que es Misericordia y más aún cuando dice que nunca ha “regañado” sino corregido con mucho amor a aquellos que erraban, recuerdos que hoy emocionan a este sacerdote de 87 años que además ha sido galardonado con una plaza en su honor y que ha promovido la alcaldesa de su pueblo, Inmaculada Malanda.
Ahora, este sacerdote ha recibido la encomienda de volver a lo que le apasionaba desde su juventud: volver al confesionario, escuchar a la gente y darles una caricia de Dios. Lo hará desde el Santuario de la Gran Promesa, desde este mes de septiembre.
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