(ZENIT Noticias / Abuya, 06.09.2024).- Un reciente informe sobre derechos humanos revela una sombría realidad en Nigeria: más de 55.000 personas han sido asesinadas en solo cuatro años, incluyendo más de 16.000 civiles, reflejando una grave crisis de seguridad en el país más poblado de África. El informe, titulado «Contrarrestar el mito de la indiferencia religiosa en el terrorismo de Nigeria«, fue elaborado por el Observatorio para la Libertad Religiosa en África (ORFA) y cubre desde octubre de 2019 hasta septiembre de 2023. Este período incluye el final del mandato del expresidente Muhammadu Buhari y los primeros meses de la presidencia de Bola Tinubu.
Un ciclo de violencia incontrolable
Nigeria ha sido testigo de un incremento preocupante de violencia, especialmente en las regiones del centro-norte y el sur de Kaduna, donde las comunidades cristianas y musulmanas han sido devastadas por ataques de grupos armados. Según el informe, en este lapso de cuatro años, se registraron 9.970 ataques que resultaron en 55.910 muertos y 21.621 secuestros. Este promedio de ocho ataques diarios evidencia una escalada alarmante en la inseguridad.
Entre los responsables, la Milicia Étnica Fulani (FEM) ha destacado como uno de los principales perpetradores de la violencia, matando a más del 42% de las víctimas civiles, mientras que grupos terroristas más conocidos como Boko Haram y la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP) estuvieron detrás del 10% de las muertes. Los ataques a comunidades rurales fueron el tipo de agresión más común, representando el 81% de los asesinatos de civiles.
Persecución religiosa: cristianos en el punto de mira
El informe subraya que los cristianos han sido las principales víctimas de esta ola de violencia. Por cada musulmán asesinado, se mataron a 2,7 cristianos, revelando un sesgo claro en los ataques de la milicia fulani. Las comunidades cristianas, especialmente en zonas agrícolas, han sufrido masacres, violaciones, secuestros y el incendio de propiedades. Asimismo, los secuestros de cristianos alcanzaron cifras estremecedoras, con 11.185 cristianos raptados frente a 7.899 musulmanes.
¿Una nación abandonada a su suerte?
Frans Vierhout, analista principal de ORFA, advierte que millones de personas en Nigeria se encuentran completamente desprotegidas frente a estos ataques. Denuncia que, mientras las fuerzas de seguridad del gobierno se concentran en otros objetivos, las comunidades vulnerables sufren en silencio, con peticiones de ayuda que han sido ignoradas durante años.
Emeka Umeagbalasi, director ejecutivo de la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho, calificó el informe como «una de las enciclopedias más completas y detalladas sobre la situación de los ciudadanos vulnerables en Nigeria». Criticó duramente al gobierno, sugiriendo que está controlado por facciones cuyo objetivo es imponer un islamismo radical en todo el país.
Llamado urgente a la acción
El informe de ORFA lanza una advertencia clara: si no se toman medidas urgentes, la violencia continuará cobrando vidas y destruyendo comunidades en Nigeria. El estudio pide al gobierno nigeriano que intensifique sus esfuerzos para detener los asesinatos y secuestros, y hace un llamado a la comunidad internacional para que exprese su solidaridad con el pueblo nigeriano.
Además, Umeagbalasi instó a la Conferencia Episcopal de Nigeria a alzar la voz y tomar un rol más activo, sugiriendo que la Iglesia Católica tiene el poder de movilizar a la comunidad internacional, presionar a las Naciones Unidas y organizar manifestaciones a nivel global.
En un país atrapado en un ciclo de violencia religiosa, el informe no solo destaca el sufrimiento masivo, sino también la urgencia de una intervención decisiva para restaurar la seguridad y la dignidad de las comunidades afectadas.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.