(ZENIT Noticias / Barcelona, España, 12.09.2024).- La Abadía de Montserrat, un referente tanto espiritual como cultural para Cataluña, ha sido distinguida con la Medalla de Honor del Parlament en la categoría de oro, un reconocimiento entregado en el marco de la Diada Nacional de Catalunya. En un emotivo acto presidido por Josep Rull, quien hizo entrega de la medalla al P. Abat Manel Gasch Hurios, se destacó la relevancia histórica de Montserrat como defensor de los valores democráticos y de las libertades de Cataluña.
Un reconocimiento que trasciende lo espiritual
Montserrat no solo es un enclave religioso venerado, sino también un símbolo de la identidad catalana. A lo largo de los siglos, la abadía ha jugado un papel crucial en los momentos más difíciles de la historia de Cataluña, sirviendo como un bastión de resistencia y un faro de esperanza para el pueblo. Así lo reconoció el Parlament en su acuerdo unánime, destacando que Montserrat ha sido “un icono de identificación de un pueblo” que ha sabido trascender sus raíces religiosas para convertirse en un emblema de integración y proyección universal.
La Medalla de Honor, entregada en este contexto, subraya el papel de la abadía en la defensa de los valores democráticos y su alineación con las instituciones catalanas, particularmente en los momentos en que la historia de Cataluña ha sido más convulsa. Esta vinculación entre el monasterio y la cultura catalana ha consolidado a Montserrat no solo como un refugio espiritual, sino como una institución profundamente arraigada en la vida social y política del país.
Un discurso de humildad y reflexión
En su intervención, el P. Abat Manel Gasch pronunció un discurso marcado por la humildad y la introspección. Agradeciendo el reconocimiento, reflexionó sobre los mil años de historia de la abadía, señalando que, en ese largo camino, Montserrat también ha cometido errores. Sin embargo, destacó la importancia de reconocer estos fallos como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, afirmando que «la humildad también puede ser aplicada a los logros y aciertos». Desde una perspectiva cristiana, Gasch subrayó que todos los éxitos de la institución se deben a la fe y la guía de Dios, lo que refuerza el carácter trascendente de la abadía.
Asimismo, el abad recordó la conexión profunda que Montserrat tiene con la cultura catalana, su pueblo y su futuro. En sus palabras, destacó que esta vinculación convierte a la abadía en un conservador de la tradición, enraizado en una identidad que sigue viva y proyectándose hacia adelante.
La ceremonia: un homenaje a la identidad catalana
El acto de entrega de la Medalla de Honor comenzó con una ceremonia solemne en el exterior del Palau del Parlament. La izada de la bandera, acompañada por el ‘Canto de la bandera’ interpretado por los Coros de Clavé y la formación de gala de los Mossos d’Esquadra, dio inicio a una jornada cargada de simbolismo. Posteriormente, los asistentes se trasladaron al auditorio del Parlamento, donde la Escolanía de Montserrat interpretó el ‘Virolai’, el himno mariano tradicional de la abadía, antes de que Maria Dolors Vidal, historiadora del arte, ofreciera una glosa sobre la relevancia de Montserrat en la historia de Cataluña.
El momento cumbre llegó con la entrega de la medalla al abad Gasch por parte de Josep Rull, un gesto que simboliza la conexión entre la abadía y las instituciones de Cataluña. El acto concluyó con la interpretación del himno nacional catalán, cerrando un día que reafirmó el papel de Montserrat como guardián no solo de la espiritualidad, sino también de los valores y la identidad de Cataluña.
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