Massimo Introvigne
(ZENIT Noticias – Bitter Winter / Roma, 17.10.2024).- Las conversiones forzadas de hindúes y cristianos al islam son una plaga bien conocida en Pakistán, pero el caso de Samsoon Javed, de 17 años, incluye un elemento un tanto nuevo.
A un trabajador cristiano empobrecido se le ofreció la alternativa de convertirse al islam o perder su trabajo, según la información que su madre compartió con los medios locales y periodistas que informan regularmente sobre cuestiones de libertad de creencias en las redes sociales.
Samina Javed, trabajadora de un horno de ladrillos de la aldea de Bhadru Minara, en el distrito de Sheikhupura, Punjab, y miembro de una iglesia de los Hermanos, es la madre de Samsoon Javed. El padre de Samsoon, Falamoon Masih, falleció en 2018 debido a una enfermedad. Samsoon es uno de los cuatro hijos de ese matrimonio. Samina ahora está casada con un caballero cuyo apellido es Javed, con quien tuvo otro hijo.
En noviembre de 2023, Samsoon empezó a trabajar en un establecimiento de venta de GLP (gas licuado de petróleo) propiedad de un hombre musulmán llamado Usman Manzoor. En julio de 2024, Umar Manzoor, el hermano de Usman, le pidió a Samsoon que se mudara y comenzara a trabajar en su propio establecimiento de venta de GLP. Ahí empezaron los problemas, según Samina.
En septiembre, Samsoon no volvió a casa del trabajo. Los padres visitaron a Umar y él les dijo que Samsoon se había convertido al Islam y que no quería volver a casa ni verlos más.
La madre logró visitar a Samsoon algunos días después, cuando Umar estaba de viaje. Durante la breve reunión, el hijo parecía aterrorizado, informó Samina, y siguió diciendo que lo despedirían o algo peor si Umar se enteraba de que había conocido a su madre.
Tanto Samsoon como su familia son extremadamente pobres. Sin embargo, Samina no cree que Samsoon simplemente tenga miedo de perder su trabajo, aunque es algo que difícilmente puede permitirse.
Sospecha que los hermanos Manzoor y su líder religioso lo tienen retenido contra su voluntad.
Ya sea un secuestro o un simple chantaje, el incidente parece un capítulo más en la triste historia de las conversiones obtenidas por medios ilegales en Pakistán.
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