(ZENIT Noticias / Washington, 28.10.2024).- Una niña de 14 años fue derrotada en una carrera juvenil por un atleta transgénero. Posteriormente dio unas declaraciones para denunciar lo sucedido: subrayó la destrucción del deporte femenino en un acto organizado por Riley Gaines, nadadora que ha alzado su voz contra la participación de varones en carreras de natación femenina.
El evento tuvo lugar el 18 de mayo. Annaleigh Wilson, de 14 años, explicó su participación en las olimpiadas juveniles celebradas en Cashmere, Estado de Washington, y quedó segunda en la carrera de la milla, por detrás de un varón que se autopercibe mujer.
Annaleigh explicó que su carrera en las olimpiadas juveniles del Estado le permitirían competir con el resto de corredoras clasificadas en diferentes institutos de media superior. Con su familia, protestó por la competición injusta: «Y no porque yo no ganase, sino porque, en este nivel de competición, no es justo que los chicos compitan contra las chicas. El esfuerzo y el talento de todas esas chicas biológicas, que estaban junto a mí y que habían luchado tanto como yo durante toda la temporada, no contó».
El entrenador del corredor transgénero escuchó las quejas de Annaleigh y familiares. Les amenazó con demandas. Fue devastador para la joven: «Era como decirnos «Cállate, deja de quejarte y aguántate»». Muy emocionada continuó: «Por eso estoy hablando aquí. Nuestra voz como atletas femeninas tiene que escucharse porque somos las únicas personalmente afectadas».
Notó durante la preparación que el cuerpo de la corredora cercana no era igual al resto. No pensó más en ello hasta que, en el podio, oyó comentar que la ganadora era biológicamente un chico, quien la superó por siete segundos. «Yo había oído que esto pasaba en otros lugares del país, pero nunca me sucedió de primera mano».
Tras la carrera, Annaleigh vivió más problemas: «Adultos han atacado a mi familia y a mí por decir lo que pensamos sobre la justicia y la protección que merecen las chicas biológicas en el deporte. Adultos nos han acusado a mi familia y a mí de ‘tránsfobos’, a mí de ‘mala perdedora’ y de que valoro más la victoria que una vida humana. Se nos ha dicho que sería culpa nuestra y nuestra única responsabilidad si este atleta trans se quita la vida. Se me ha dicho que, simplemente, no soy lo bastante buena y por eso quedo segunda».
En su intervención del 22 de septiembre ante quinientas personas declaró: “Nunca he hablado ante tantas personas. Me hundí y me sentí extremadamente desalentada, porque sentí que todo el duro trabajo que había hecho durante todo el año no había valido de nada e iba a ser olvidado».
Conteniendo las lágrimas, añadió: «He aprendido mucho de esta experiencia. Permitir que chicos compitan contra chicas no está funcionando ni es justo. No funciona ni es justo para las atletas femeninas, no funciona ni es justo para los atletas transgénero. Se piense lo que se piense, desproteger al deporte femenino está mal. ¡Cuántos odios y discusiones por ambos bandos! Las cosas que he oído sobre este atleta trans y sobre mí son terribles y dañinas. Solo tengo 14 años y no tendría por qué estar ocupándome de esta clase de asuntos de adultos. Pero aquí estoy, diciendo lo que pienso, y confiando en que los adultos darán un paso y harán lo correcto para proteger y mantener el deporte femenino como algo justo y seguro para las chicas biológicas. Confío en que podamos encontrar una solución para que todos los atletas compitan con justicia y seguridad, porque, incluso con 14 años, puedo ver que las normas actuales no están funcionando con las chicas biológicas ni con los atletas transgénero. Gracias».
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