(ZENIT Noticias / Roma, 11.12.2024).- Tras siglos de especulaciones, una revelación revolucionaria podría finalmente aportar claridad a uno de los misterios más duraderos del arte renacentista. La restauradora de arte Sara Penco ha identificado una candidata convincente para María Magdalena entre las 300 figuras entrelazadas del monumental fresco de El Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
El descubrimiento se centra en una mujer rubia representada en la esquina más a la derecha del fresco, cerca del altar, besando una cruz de madera sostenida por una figura que se cree que representa a Cristo. Penco afirma que esta representación se alinea con las características tradicionalmente asociadas con María Magdalena: «La intimidad con la cruz, el atuendo amarillo y el cabello rubio son pistas significativas. Además, la posición de la figura subraya su importancia», comentó durante una conferencia de prensa celebrada ayer.
Durante años, los expertos en arte han debatido la identidad de la mujer de ojos muy abiertos cuya presencia es a la vez discreta y enigmática. Según Penco, especialista en arte renacentista y barroco, la composición del fresco «pedía a gritos» un examen más profundo. «Miguel Ángel era un pintor magistral, con un profundo conocimiento de la Iglesia, su dinámica y los Evangelios. Es inconcebible que descuidara una figura tan central en la historia de Cristo», explicó.
María Magdalena, una seguidora de Cristo y una figura fundamental en la narrativa cristiana, ha sido durante mucho tiempo un tema de fascinación artística. Históricamente caracterizada erróneamente como una prostituta arrepentida, es venerada como una santa por la Iglesia Católica y muchas otras tradiciones cristianas.
Los hallazgos de Penco, que planea desarrollar en su próximo libro, “María Magdalena en el juicio de Miguel Ángel”, sugieren que la representación del artista fue un homenaje deliberado a la importancia espiritual de la discípulo. Al colocarla tan cerca de Cristo, Miguel Ángel podría haber tenido la intención de elevar su papel dentro de la narrativa de redención y salvación del fresco.
Esta revelación está lista para reavivar los debates dentro de la comunidad artística y más allá, ofreciendo nuevas perspectivas sobre las intenciones creativas de Miguel Ángel y su comprensión de los personajes bíblicos. Por ahora, el mundo espera con anticipación la publicación de la obra de Penco, que promete profundizar nuestra apreciación de una de las obras maestras más celebradas de la historia del arte.
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