(ZENIT Noticias / Roma, 05.01.2025).- En medio de la solemnidad de la víspera de Navidad, el Papa Francisco inauguró el esperado Año Jubilar 2025 abriendo ceremonialmente la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Este poderoso gesto, impregnado de siglos de tradición, señala un año de renovación espiritual, peregrinación e indulgencia para millones de personas en todo el mundo.
La procesión inaugural fue encabezada por el propio Papa, seguido por el primer grupo de 50 peregrinos que cruzaron el umbral inmediatamente después del ritual de apertura. Para el día de Navidad, aproximadamente 35.000 peregrinos ya habían atravesado la Puerta Santa, un símbolo perdurable de gracia y redención, según los datos informados por el Dicasterio para la Evangelización.
Una peregrinación como ninguna otra
Para quienes planean experimentar el viaje transformador de la peregrinación de la Puerta Santa, la organización es clave. El Vaticano ha agilizado el proceso, permitiendo que las personas y los grupos se registren en línea a través del portal oficial del Jubileo. Esta plataforma no solo facilita las inscripciones, sino que también proporciona a los participantes una tarjeta de peregrino con código QR, esencial para acceder a la Puerta Santa.
A cada grupo registrado se le asigna una fecha y hora específicas para su peregrinación, que comienza en la Piazza Pia, cerca del Vaticano. Acompañados por la Cruz del Jubileo oficial, los peregrinos se dirigen a la Basílica de San Pedro, lo que agrega una dimensión comunitaria y simbólica al viaje.
La Puerta Santa: un símbolo de gracia
La tradición de abrir la Puerta Santa durante los Años Jubilares se remonta al siglo XV. Significa un período extraordinario en el que los católicos pueden recibir indulgencias plenarias cumpliendo condiciones espirituales específicas. El acto de cruzar la Puerta Santa es un paso tanto físico como espiritual, que invita a los creyentes a dejar atrás las cargas del pecado y abrazar una relación renovada con su fe.
En este Jubileo, el Papa Francisco ha ampliado la tradición abriendo una quinta Puerta Santa en la prisión de Rebibbia en Roma, una iniciativa destinada a enfatizar la esperanza y la inclusión.
Uniéndose a la peregrinación mundial
Para quienes no puedan viajar a Roma, el Jubileo se extiende más allá de la ciudad. Los católicos de todo el mundo pueden participar visitando lugares de peregrinación designados en sus propias diócesis, donde se ofrecerán indulgencias y eventos especiales. El portal del Jubileo también proporciona recursos para la participación virtual, lo que garantiza que nadie quede excluido de la celebración.
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