(ZENIT Noticias / Wenzhou, 19.03.2025).- El obispo Peter Shao Zhumin fue detenido la mañana del 6 de marzo por agentes de la Oficina de Seguridad Nacional China a causa de su negación al pago de una multa de 200.000 yuanes, equivalente a 27.000 dólares, por la celebración de la misa durante el 27 de diciembre ante 200 personas con motivo de la apertura del Año Santo Jubilar.
El obispo Shao se ha negado a pertenecer a la Iglesia oficial controlada por el Partido Comunista Chino. Tiene 61 años y en 2007 fue nombrado por Benedicto XVI obispo coadjutor para suceder a Mons. Vincenzo Zhu Wei-Fang, quien murió en septiembre de 2016.
La ciudad de Wenzhou tiene 1,42 millones habitantes y su área metropolitana es de 9,6 millones. Se localiza en la costa sureste del país, en la margen sur de la desembocadura del río Ou, rodeada de colinas y montañas, por lo que mucho tiempo estuvo aislada. Muchos habitantes han inmigrado a Europa y Estados Unidos,
Las autoridades impusieron la multa a Mons. Shao porque la misa fue ilegal, según el artículo 71 de las Normas sobre Asuntos Religiosos, y representó «un grave delito». El obispo rechazó el pago porque las actividades de la Iglesia no violan la ley. Según la Oficina de Seguridad Nacional, la detención garantizará la seguridad del obispo. Se desconoce su paradero y si la detención será duradera.
Por su negativa a unirse a la Asociación Patriótica, las autoridades no aceptan a Mons. Shao como obispo titular y consideran la sede vacante, apoyando al padre Ma Xianshi, sacerdote patriota, como líder de la diócesis. Monseñor Shao ha sufrido varios arrestos y la Iglesia de Wenzhou es considerada clandestina y ha organizado una campaña de oración para apoyarlo.
Ya el 25 de febrero, Mons. Shao envió una carta a la diócesis en que invitó a los fieles a rezar por el Papa Francisco, acompañarle en la Misa y rezar del Rosario para que Dios lo sostuviera con su gracia en la enfermedad.
Es relevante que la Oficina de Seguridad Nacional y el Departamento de Asuntos Religiosos también interfirieron una peregrinación de varios centenares de católicos pertenecientes a la parroquia de Cangnan, en la jurisdicción de Wenzhou, prohibiendo su salida.
Todos los domingos de los últimos años, agentes vestidos de civil han entrado en las iglesias de la diócesis de Wenzhou para impedir la entrada a cualquier niño o adolescente. Últimamente, la Oficina de Seguridad Nacional ha delegado la vigilancia a las autoridades locales en los vecindarios de la diócesis, custodiando las iglesias desde las 7 a.m. hasta el mediodía e impidiendo, además, la celebración de la misa a los sacerdotes.
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