(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 22.04.2025).- Un día después del fallecimiento del Papa Francisco, la tradición y la transición en el Vaticano han comenzado a girar. En la mañana del 22 de abril, el Colegio Cardenalicio se reunió para su primera Congregación General, una asamblea celebrada en el Aula Nueva del Sínodo. Unos sesenta cardenales se reunieron, iniciando el tradicional proceso que finalmente conducirá a la elección de un nuevo papa.
El ambiente en la sala era de reverencia y determinación. La sesión comenzó a las 9:00 h con un momento de oración por el difunto pontífice, cuya ausencia deja vacante la Sede de Pedro. Con la Constitución Apostólica «Universi Dominici Gregis» como guía, los cardenales reafirmaron su compromiso con los protocolos de la Iglesia durante la sede vacante, el período entre papados.
El cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Iglesia, leyó en voz alta el testamento espiritual del papa Francisco, un documento profundamente personal dado a conocer al mundo la noche anterior.
Los cardenales también recitaron el «Adsumus», una invocación tradicional al Espíritu Santo, invocando la guía divina en la delicada y trascendental labor que les aguardaba.
Esta reunión inicial, que duró unos noventa minutos, también fue logística. Se establecieron los preparativos del funeral y los horarios litúrgicos. La segunda Congregación General se programó para la tarde siguiente (miércoles 23 de abril), lo que permitirá a los cardenales acompañar el traslado del féretro del papa Francisco desde la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro por la mañana. Allí, su cuerpo será velado y la Iglesia comenzará su duelo público.
La misa funeral se ha programado para el domingo 27 de abril. Esta será la segunda de la serie de misas «Novendiali», los nueve días tradicionales de liturgia ofrecidos por el descanso eterno del papa. Estas liturgias diarias, celebradas cada una a las 17:00, son a la vez actos de duelo y de profunda continuidad: recordatorios públicos de que la Iglesia llora, reza y, en última instancia, sigue adelante.
De acuerdo con el derecho canónico, los cardenales también sortearon para nombrar a los tres miembros rotativos de la comisión que asiste al Camarlengo —actualmente el cardenal Kevin Farrell— en la gestión de los asuntos cotidianos de la Iglesia durante el interregno. En representación de los tres órdenes cardenalicios —obispos, presbíteros y diáconos—, los elegidos fueron el cardenal Parolin, el cardenal Stanislaw Rylko y el cardenal Fabio Baggio. Estos cargos rotan cada tres días para garantizar la transparencia y el equilibrio en la toma de decisiones.
Un gesto más simbólico, pero a la vez significativo, fue la decisión de suspender todas las ceremonias de beatificación hasta la elección del próximo papa. Es un recordatorio de que ciertos actos eclesiásticos requieren más que una simple administración: exigen el imprimatur moral y espiritual del Obispo de Roma.
Aunque aún no se ha fijado la fecha exacta del cónclave, el Colegio Cardenalicio ha iniciado un proceso cuidadoso y de oración para seleccionar al próximo líder espiritual de 1.300 millones de católicos. En los próximos días, más cardenales de todo el mundo llegarán a Roma, trayendo consigo las historias, esperanzas y desafíos de sus iglesias locales.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.