(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 12.11.2025).- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió el 7 de noviembre un comunicado por el que el episcopado mexicano se compromete a trabajar con actitud de escucha, acogida y defensa por la dignidad de cada persona, tras la polémica surgida con las expresiones del sacerdote Jesús Alfredo Gallegos Lara, el “padre pistolas”, que ofendieron a la gobernadora del Estado de Guanajuato.
El padre Gallegos, apodado el “Padre Pistolas”, pronunció en la homilía del 2 de noviembre en Chucándiro, Michoacán, frases ofensivas contra la gobernadora de Guanajuato, Libia Denisse, que impulsa el proyecto de la presa Solís con la extracción de agua para el Acueducto Solís-León, que perjudicaría a la comunidad según el sacerdote.
El padre Jesús Alfredo declaró con palabras altisonantes: “Miren, con la presa de Solís se riega el Estado de Guanajuato, les damos de tragar a todo *** México. Y, si nos quitan la presa, se van a morir de hambre, ***, y esa *** gobernadora quiere matarnos de hambre. Ya dije: si insiste, nos levantamos en armas”.
El texto de comunicado firmado por Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y presidente de la CEM, y por Mons. Héctor M. Pérez Villarreal, obispo auxiliar de México y secretario general, subraya que los obispos viven el compromiso de vivir el anuncio del Evangelio y la vida cotidiana con espacios de diálogo, reconciliación y paz. Y rechaza las expresiones violentas o despectivas, pues quienes sirven a la evangelización deben reflejar “el rostro compasivo de Cristo, que siempre dignifica y nunca humilla”.
La gobernadora respondió a los periodistas que estaba en contra y reprobaba las declaraciones del sacerdote: “Lo condeno públicamente, porque ninguna mujer con cargo o sin cargo debemos de ser víctimas de ningún tipo de señalamiento de esta naturaleza”.
El padre Gallegos comentó que “la violencia no es que yo hable de una mujer, la violencia es que esta señora nos quiere dejar sin comer a todo México”.
El documento de la CEM no menciona nombres y llama a la prudencia y al testimonio cristiano de quienes ejercen la tarea pastoral. La Iglesia mexicana insiste en que el lenguaje de los sacerdotes debe ser siempre vehículo de verdad y misericordia, sin caer en agresiones ni descalificaciones personales que falten a la caridad, sino promoviendo la misericordia, la verdad y la dignidad de toda persona humana.
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