(ZENIT Noticias / Roma, 17.12.2025).- El Papa León XIV y el presidente israelí Isaac Herzog conversaron por teléfono. La llamada fue iniciada por el presidente Herzog el 17 de diciembre, pocos días después de un ataque mortal contra miembros de la comunidad judía en Sídney, Australia, que se habían reunido para celebrar Janucá. Quince personas murieron en el ataque, un suceso que resonó mucho más allá de las costas australianas y provocó expresiones de solidaridad de líderes religiosos y políticos de todo el mundo.
Según la Santa Sede, el Papa aprovechó la conversación para reiterar el rechazo inequívoco de la Iglesia Católica al antisemitismo en todas sus formas. Este odio, señaló el Vaticano, continúa infundiendo miedo no solo en las comunidades judías, sino en la sociedad en su conjunto. El ataque en Sídney, ocurrido durante una celebración religiosa, subrayó para el Papa la persistencia y la destructiva violencia antisemita.
En los últimos días, León XIV ya había expresado explícitamente su cercanía a la comunidad judía. En declaraciones públicas y en un mensaje formal enviado a través de la Secretaría de Estado del Vaticano, ofreció oraciones por las víctimas, consuelo a las familias en duelo y esperanzas de recuperación para los heridos. También lanzó un firme llamamiento moral, insistiendo en que la violencia antisemita debe ser combatida desde sus raíces y erradicada del corazón humano.
La conversación con el presidente Herzog no se limitó a la condena. En el contexto del conflicto en curso en Oriente Medio, el Papa instó a la perseverancia en los esfuerzos de paz existentes, incluso mientras los procesos diplomáticos se vuelven frágiles y el cansancio público se profundiza. Sin entrar en detalles políticos, enfatizó que abandonar el diálogo solo prolongaría el sufrimiento y la inestabilidad.
Las preocupaciones humanitarias también fueron centrales en el intercambio. León XIV destacó la urgencia de mantener y ampliar la ayuda a las poblaciones civiles afectadas por la guerra, llamando la atención sobre la responsabilidad moral de proteger la vida y la dignidad en medio de la destrucción. Fuentes vaticanas indicaron que el Papa destacó la continuidad del compromiso humanitario como complemento indispensable a las negociaciones políticas.
Esta conversación telefónica marcó el segundo contacto directo entre León XIV y el presidente Herzog desde el inicio del pontificado. A principios de otoño, ambos líderes se reunieron personalmente en el Vaticano, donde las conversaciones trascendieron las crisis inmediatas para abarcar los desafíos políticos y sociales más amplios que enfrenta la región, con especial atención a Jerusalén y la Tierra Santa en general.
Vistos en conjunto, estos encuentros sugieren una línea coherente en el enfoque del Papa: una insistencia en la claridad moral frente al odio, acompañada de un llamamiento a la paciencia y a los esfuerzos sostenidos por la paz y la ayuda humanitaria. En un momento en que la identidad religiosa volvió a ser blanco de la violencia, el momento de la llamada —entre Janucá y Navidad— transmitió un mensaje discreto. La fe, en opinión del Papa, nunca debe convertirse en un pretexto para el derramamiento de sangre, sino en un puente hacia la solidaridad, el arrepentimiento y la esperanza.
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