(ZENIT – 21 septiembre 2018).- «Si quiere alcanzar el corazón de Dios, toma el camino de la misericordia y déjate tratar con misericordia», invitó el Papa Francisco mientras celebraba la Misa matutina en la Casa Santa Marta este 21 de septiembre de 2018: » La Misericordia Dios busca a todos, perdona a todos».
En su homilía reportada por Vatican News, el Papa evocó a los cristianos, a los santos «que fueron escogidos desde lo más bajo» e invitó a cultivar «esta conciencia de la cual fuimos elegidos», manteniendo «la memoria de que el Señor ha tenido misericordia de mis pecados y me ha elegido para ser cristiano, para ser apóstol».
«Cuando el apóstol olvida sus orígenes y comienza a hacer carrera, advirtió, se aleja del Señor y se convierte en funcionario; quien hace mucho bien, tal vez, pero él no es un Apóstol. Él no podrá transmitir a Jesús; él será un organizador de planes pastorales … pero al final, un hombre de negocios. Un hombre de negocios del Reino de Dios, porque olvidó de dónde fue elegido».
El recuerdo de sus orígenes «debe acompañar la vida del Apóstol y de todo cristiano», insistió el Papa: «Ser cristiano es algo muy bello y muy grande. Somos nosotros quienes nos alejamos y queremos quedarnos a mitad de camino».
En el Evangelio del día (Mt 9: 9-13), la conversión de San Mateo, cuando Jesús se sentó a la mesa » con lo peor de la sociedad», «los doctores de la Ley se escandalizaron», comentó el Papa: «Llamaron a los discípulos y les dijeron :¿Pero cómo vuestro maestro hace esto con esta gente? ¡Pues se vuelve impuro! «Comer con un impuro te contamina la impureza … Y Jesús toma la palabra y dice …:»Id y aprended lo que significa: quiero misericordia, no sacrificio”.
«La misericordia de Dios busca a todos, perdona a todos. Solo él te pide que digas: «Sí, ayúdame». Solo eso», dijo el Papa Francisco. Y para concluir: «Entender la misericordia del Señor es un misterio; el misterio más grande, el más hermoso, es el corazón de Dios. Si quieres llegar al corazón de Dios, toma el camino de la misericordia y déjate tratar con misericordia».
© Traducción ZENIT, Raquel Anillo