(ZENIT – 21 enero 2019).- Basándose en el Evangelio del día (Marcos 2: 18-22), el Papa Francisco instó a los cristianos a recibir el «vino nuevo» del Evangelio en un «odre nuevo». Pero para aquellos que profesan ser cristianos, el odre nuevo es «nuevo» comportamiento».
«El Señor te ha ofrecido el vino nuevo pero tú no has cambiado los odres» ha explicado el Santo Padre. «La mundanidad, la mundanidad que es lo que arruina a tanta gente, ¡a tanta gente! Gente buena pero que entra en este espíritu de la vanidad, de la soberbia, del hacerse ver… No hay humildad y la humildad forma parte del estilo cristiano».
Así ha observado el Santo Padre esta mañana, 21 de enero de 2019, en su homilía en la Misa la Casa Santa Marta en el Vaticano, según reporta Vatican News.
El Papa explicó que «el Evangelio es un regalo para nosotros», pero como el vino nuevo, algo debe cambiar en el recipiente en el que se recibe el regalo. Para nosotros, el contenedor es nuestro comportamiento. Y antes del Evangelio, el Papa dijo que el comportamiento humano era «acusatorio, mundano y egoísta». Ese no es el comportamiento que se ajusta al nuevo vino del Evangelio.
El Santo Padre advirtió sobre el estilo “no cristiano”: “el espíritu egoísta, el espíritu de indiferencia que es común en nuestras comunidades. Uno se cree que es un buen católico, pero no se preocupa por los problemas de los demás: las guerras, las enfermedades y el sufrimiento de nuestros vecinos ”. Esta, dijo el Papa, es la hipocresía que Jesús reprochó a los doctores de la ley. «¿Cuál es entonces el estilo cristiano?», preguntó.
Francisco dijo que el estilo se describe en las bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas ofrecen la receta para el nuevo comportamiento del cristiano: mansedumbre, humildad, paciencia en el sufrimiento, amor por la justicia, capacidad de soportar la persecución, no juzgar a los demás.
«Si un católico quiere aprender el estilo cristiano, para no caer en este estilo acusatorio, el estilo mundano y el estilo egoísta, debe leer las Bienaventuranzas», dijo Francisco. «Son los odres, el camino que debemos tomar. Para ser un buen cristiano, uno debe tener la capacidad no solo de recitar el Credo con el corazón, sino también del Padre Nuestro con el corazón».