(ZENIT – 6 agosto 2019).- El Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y la Conferencia de las Iglesias de Europa (CEC) se unen de nuevo este año para reafirmar la responsabilidad por la creación y hacer una invitación a la oración.
En una declaración conjunta, difundida por la agencia de noticias Fides el pasado 1 de agosto de 2019, se destaca que el Tiempo de la Creación, celebrado del 1 de septiembre al 4 de octubre, «es un período especial en los calendarios litúrgicos de un número creciente de Iglesias en Europa».
El Tiempo de la Creación, efectivamente, es una celebración anual de oración y acción para proteger la creación promovida por varios líderes religiosos de distintas partes del mundo y en la que participan cristianos de todas las denominaciones.
«Aprovechemos esta oportunidad y unámonos en oración para que la Humanidad respete el planeta. Con todo nuestro corazón, rezamos por las personas que sufren por el daño ambiental causado por el egoísmo y el abandono. La vida no debe ser interrumpida por la codicia humana y la indiferencia hacia los seres humanos y la Creación», expone la declaración.
Por otro lado, los obispos apuntan que «debido al uso inadecuado de los recursos naturales, la destrucción y la contaminación, seguimos infligiendo una dolorosa herida en la obra de Dios” y que el estilo de vida moderno acarrea «consecuencias en todo el mundo”.
Ante todo ello, los obispos instan a “detener el ciclo de individualismo y aislamiento», ya que todos formamos parte de «una sola familia humana”, y a que, «pidiendo perdón, cambiemos nuestros corazones y comportamientos para difundir semillas de justicia y hacer brotar los frutos de la caridad, ayudando así a restaurar la belleza de la Creación”.
Los prelados invitan a agradecer a Dios “la belleza y la bondad de su Creación”, y a orar por los que “sufren por nuestro desperdicio, avaricia y, a menudo, nuestra indiferencia”.
Al mismo tiempo, la declaración concluye animando a “los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a demostrar su responsabilidad hacia la Creación, con compromisos concretos y sabios para ser buenos custodios y luchar contra las desigualdades a través de la protección de la diversidad biológica».