(ZENIT – 16 agosto 2019).- Francisco expresó su cercanía a las personas afectadas por las lluvias monzónicas al sur de Asia, ayer, 15 de agosto de 2019, tras rezar el Ángelus en la solemnidad de la Asunción de la Virgen, desde el Palacio Apostólico del Vaticano.
«Rezo por los desplazados, por todas las familias sin hogar. Que el Señor les de fuerza a ellos y a cuantos los socorren», indicó.
Asimismo, saludó a los peregrinos que celebraron la fiesta de la Virgen en Częstochowa, Polonia, y a la familia misionera Donum dei, a la unión seglar de san Antonio María Claret, al grupo venezolano de los festeros de san Vicente, a los jóvenes de Nóvoli (Italia), presentes en la plaza de San Pedro en el momento del Ángelus.
Finalmente, el Santo Padre bendijo 6.000 coronas del Rosario hechas por religiosas carmelitas para los hermanos de Siria, a quienes se les regalará por iniciativa de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada. «Hoy en esta gran fiesta de María, yo las bendigo», ha descrito el Papa.
«Y después, serán distribuidas a las comunidades católicas en Siria como signo de mi cercanía, especialmente para las familias que han perdido a alguien a causa de la guerra. La oración hecha con fe es poderosa. Sigamos rezando el Rosario por la paz, en Oriente Medio y en todo el mundo», exhortó Francisco.
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Palabras del Papa después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Expreso mi cercanía a las poblaciones de diversas naciones del sur de Asia, que han sido afectadas duramente por las lluvias monzónicas. Rezo por los desplazados, por todas las familias sin hogar. Que el Señor les de fuerza a ellos y a cuantos los socorren.
Hoy en Częstochowa, Polonia, muchos peregrinos se reúnen para celebrar a la Virgen asunta y para conmemorar el centenario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas de la Santa Sede y Polonia. Envío mi saludo a cuantos están reunidos a los pies de la Virgen negra y los exhorto a orar por toda la Iglesia. Y también saludo a todos los polacos aquí presentes.
Les dirijo un saludo cordial a ustedes, peregrinos italianos y de varios países. De modo especial saludo a la familia misionera Donum dei, a la unión seglar de san Antonio María Claret y el grupo venezolano de los festeros de san Vicente, venidos en bicicleta desde Valencia, y a jóvenes de Nóvoli, que están trabajando en un campo escolar.
Y ahora les pido que me acompañen con la oración este gesto. Bendeciré un gran número de rosarios destinados a los hermanos de Siria. Por iniciativa de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, se han hecho unas 6.000 coronas del Rosario por las hermanas carmelitas. Hoy en esta gran fiesta de María, yo las bendigo. Y después, serán distribuidas a las comunidades católicas en Siria, como signo de mi cercanía, especialmente para las familias que han perdido a alguien a causa de la guerra. La oración hecha con fe es poderosa. Sigamos rezando el Rosario por la paz, en Oriente Medio y en todo el mundo.
Antes de bendecir, vamos a rezar el Ave María. (Dios te salve María…)
Y a todos les deseo una feliz fiesta de la Asunción. Por favor, no se olviden de rezar por mí.