(ZENIT – 23 nov. 2019).- Hoy, 23 de noviembre de 2019, el Papa Francisco se ha despedido de Tailandia en el aeropuerto de Bangkok y ha partido hacia Tokio, Japón.
Francisco llegó el pasado 20 de noviembre a la capital tailandesa, primera etapa de su viaje apostólico a Asia, en curso del 19 al 26 de noviembre y en el que, efectivamente, también visita Japón.
Esta ha sido la segunda vez que un Pontífice acude al país tailandés, ya que Juan Pablo II también lo hizo en el año 1984, con motivo del viaje apostólico a Corea, Papua Nueva Guinea, Islas Salomón y Tailandia
Despedida
Según informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a las 9:15, hora local (3: 15 h. de Roma), el Obispo de Roma llegó al aeropuerto de Bangkok para la ceremonia de despedida de Tailandia, que no ha sido retransmitida.
Allí, indica la misma fuente, el Papa fue recibido por un miembro del Consejo de la Corona y, juntos, antes de cruzar la Guardia de Honor, han saludado a los 11 los obispos, al séquito local y algunas autoridades tailandesas presentes.
El Santo El Padre, después de recibir un regalo floral del viceprimer Ministro de Tailandia, se dirigió a bordo de un A330 de Thai Airways International a Tokio, desde donde ha despegado a las 9:54, hora local (3:54 h. de Roma), a Japón.
Inmediatamente después de la salida en avión de Bangkok, Francisco envió al rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn Rama X, un telegrama en el cual expresó su agradecimiento al monarca y al pueblo de Tailandia «por su calurosa bienvenida y generosa hospitalidad».
Visita a Tailandia
En estos días de estancia en la capital de Tailandia, el Pontífice celebró la Eucaristía en el Estadio Nacional de Bangkok y en la catedral de la Asunción, en esta última ocasión con los jóvenes.
Han tenido lugar varios encuentros, como es el caso del establecido con el primer ministro y las autoridades civiles, con el rey Rama X, así como con los consagrados y consagradas, sacerdotes, seminaristas y catequistas tailandeses, con los obispos del país y los asiáticos, y con el personal médico del Hospital San Luis.
En un país mayoritariamente budista y en el que impera la libertad religiosa y la convivencia armoniosa entre personas de distintos credos, también ha habido espacio para el ecumenismo y el diálogo interreligioso, ya que Francisco visitó al patriarca supremo de los budistas y se reunió con 18 líderes religiosos.
Salir al encuentro de Cristo
A lo largo de esta visita, el Papa ha pronunciado dos homilías y seis saludos/discursos. Durante sus palabras en la primera Eucaristía, habló sobre lo que significa ser “discípulos misioneros” e invitó a salir al “camino” para “encontrar, descubrir y reconocer alegremente” a las personas a nuestro alrededor, “madres, padres y hermanos, que el Señor nos quiere regalar”.
En su segunda y última homilía, igualmente, exhortó a los jóvenes a “salir al encuentro de Cristo, el Señor que viene”, animándoles a no tener miedo al futuro ni dejarse “achicar”: “sepan que ahí el Señor los está esperando para preparar y celebrar la fiesta de su Reino”, indicó.
Diálogo interreligioso y futuro del país
El Papa Francisco también ha hablado del papel de las religiones como “promotoras y garantes de fraternidad” y de que es tiempo “de atreverse a imaginar la lógica del encuentro y del diálogo mutuo como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento recíproco como método y criterio”, ofreciendo “un nuevo paradigma para la resolución de conflictos” conjuntamente.
A las autoridades tailandesas, por su parte, les recordó que “el futuro de nuestros pueblos está unido, en gran medida, al modo como le garanticemos a nuestros niños un futuro en dignidad”.
Regalos a la Nunciatura Apostólica de Bangkok
El Santo Padre ha ofrecido una Medalla del Viaje Apostólico como regalo a la Nunciatura Apostólica de Tailandia, realizada por la artista Daniela Longo
A la izquierda de la medalla hay una imagen de María Asunta al Cielo, patrona de la Iglesia en Tailandia y, a la derecha, la de la Virgen María con el Niño Jesús, venerada en Japón con el título de Virgen de Inventione Christianorum.
En el centro de las dos figuras se encuentra la cruz y, sobre ella, una hoja de palma que simboliza el martirio.
Alrededor del borde de la medalla hay 33 semillas, cada una de las cuales contiene la inicial del nombre de uno de los mártires: 26 de Japón y 7 de Tailandia.
En la parte inferior se encuentra la inscripción del Viaje Apostólico y la fecha.
Mosaico del pontificado
El Pontífice también ha regalado a la Nunciatura un mosaico que representa el escudo de armas de su pontificado.
En la parte superior del mismo se encuentra el símbolo de la Compañía de Jesús, compuesto de un sol radiante y ardiente, en el que se encuentra el acrónimo IHS y, sobre él, una cruz con tres clavos en su base.
El acrónimo IHS puede interpretarse como Iesus Hominum Salvator (Jesús, Salvador de la Humanidad), o In Hoc Signo (Vinces), de la memoria constantiniana. Posteriormente los jesuitas lo consideraron como Habemus Iesum Socium (Tenemos a Jesús como Compañero) y Societas Iesu Humilis (Sociedad Humilde de Jesús).
Además del símbolo de la Compañía de Jesús, se localizan una estrella, que simboliza a la Virgen María, y la flor de nardo, que en la iconografía hispana alude a la castidad de san José.
El lema que acompaña al escudo de armas del Papa Francisco, Miserando atque eligendo, constituye un homenaje a la misericordia divina. Está tomado de las homilías de san Beda el Venerable, que comentando el episodio evangélico de la vocación de san Mateo, escribió: “Jesús vio al publicano y, porque lo amó, lo eligió, y le dijo: Sígueme”.