SARATOV, martes, 24 agosto 2004 (ZENIT.org).- La diócesis católica de San Clemente de Saratov (en el Volga), en la Federación Rusa, ya cuenta con reconocimiento de pleno derecho por parte del Estado, según declaraciones de su obispo, monseñor Clemens Pickel, difundidas por la sección alemana de «Radio Vaticana» el lunes pasado.
Comentando el reconocimiento jurídico a la emisora, el prelado de 43 años afirmó: «Ahora contamos con el derecho de traer invitados del extranjero, construir estructuras o bien iglesias. Somos, por lo tanto, una persona jurídica».
Esta nueva situación permite también al obispo del lugar ser reconocido públicamente en Rusia, según él mismo explicó: «Hasta hace poco tiempo –aún aquí, en Saratov, donde vivo desde hace mucho— se decía: “A Clemens Pickel le conocemos, en nuestros libros está registrado como párroco en la ciudad Marx; pero no conocemos a nadie como obispo Pickel”».
«Con esto me querían demostrar que oficialmente no soy prácticamente nadie», añadió. A partir de este momento, se podrán dirigir al prelado católico de San Clemente de Saratov distintas autoridades, así como el gobernador o el alcalde.
La creación de la diócesis de San Clemente de Saratov tuvo lugar el 11 de febrero de 2002. En esa fecha, la Santa Sede hizo pública la elevación al rango de diócesis de cuatro administraciones apostólicas de Rusia.
Las otras tres son la archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú –guiada por monseñor Tadeusz Kondrusiewicz–, la diócesis de la Transfiguración en Novosibirsk –a cuyo frente está monseñor Joseph Werth— y la diócesis de San José de Irkutsk, que entonces fue encomendada a monseñor Jerzy Mazur.
Éste último fue expulsado del país sin explicaciones tras la creación de las citadas diócesis católicas. En abril de 2003, en sustitución del prelado, el Papa nombró a monseñor Cyryl Klimowicz al frente de la diócesis de San José de Irkutsk. Monseñor Mazur fue nombrado obispo de la diócesis polaca de Elk.
Monseñor Pickel concluyó sus declaraciones del lunes pasado a la emisora vaticana expresando el deseo de que las diócesis católicas de Siberia –Novosibirsk e Irkustk— reciban pronto un reconocimiento jurídico. La archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú fue reconocida por el Estado hace aproximadamente un año.